Durante décadas, con pocas
excepciones, los veleros han tenido
las alas planas, rectas, con mucha envergadura y mucho alargamiento. A medida que los
materiales y la técnica lo han permitido, todavía más envergadura y más
alargamiento. Por ejemplo, como un Alexander
Schleicher ASH-25.
Un Arcus en corta final. Vean la espectacular forma de los planos. Santa Cilia, 2019. |
Esto cambió con el Schempp-Hirth
Discus. El Discus original introdujo el ala creciente, aunque plana
(es decir, puesta sobre el suelo quedaba apoyada entera), pero tenía 3
secciones con flecha en aumento (ya no era recta). Y el Discus 2 además tenía
un ala en la que el diedro también
aumentaba (ya no era ni recta ni plana). Esto se ha ido incorporando a
todos los veleros de la casa.
El moderno Schempp-Hirth
Arcus lleva esto a límites
nuevos: un velero biplaza de 20
metros, con alas de 4 secciones
que van cambiando tanto la flecha como el diedro, con 6 perfiles diferentes y
flaperones en toda la envergadura. El planeo
máximo es sobre 1:50, aunque esa cifra no refleja las prestaciones reales
(impresionantes). En fin, la repanocha.
Lo venden como velero puro (Arcus,
más bien poco), turbo o sustainer (Arcus T, algo más), y autónomo, con motor de gasolina (Arcus M, con diferencia, el
de más éxito) o eléctrico (Arcus E,
por ahora, anecdótico). Y hay
hasta una versión tuneada con un turboreactor.
Sí, es una máquina espectacular. Pero no sé si los
aproximadamente 300.000 papiros que piden por un Arcus M son proporcionales al
placer del vuelo que dan.
Por cierto, nada tiene que ver con el velero de investigación sin cola del mismo nombre anterior.
El avión hereda el fuselaje de la última versión del Duo Discus, con un ala completamente nueva. |
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