Prácticamente en todas partes dicen que este chisme es feo como la mqlp. A mi sin embargo el Transavia PL-12 Airtruk, un avión australiano de uso agrícola de 1965, me parece de lo más original y que tiene su gracia. Lo creó un ingeniero italiano llamado Luigi Pallarini, que al parecer estaba emperrado en hacer un coche volador. Pero en la Italia de la posguerra poca gente podía permitirse incluso una Vespa. Nuestro héroe se fue primero a Australia, donde diseñó el biplano Kingsford Smith PL.7, que no tuvo éxito.
Por increíble que pueda parecer, un Transavia Airtruk voló 22.000 km de Sidney a Sabadell en 1977 para intentar vender el avión en España. ¿Qué les merecería la pena? ¿Vender diez aviones? El viaje me parece una gesta. Piensen en ir a 150 km/h por toda Asia y Europa. Parecido a Jason, que lo hizo al revés. No vendieron ni uno, y por lo que sea, no se animaron a llevárselo de vuelta. El avión terminó en el Museo de Cuatro Vientos, donde es uno de los aviones más raros que se pueden ver (y les aseguro que hay para elegir), ya que quedan un puñao, la mayor parte en Australia y Nueva Zelanda. Madrid, 2005.
Ni tampoco el siguiente, el monoplano Bennett Airtruck PL-11, hecho en Nueva Zelanda, a partir de piezas rescatadas de North American Texan/Harvard. Pero a la tercera, sí. Más o menos. El Transavia PL-12 Airtruk (de nuevo australiano) es claramente un heredero de los dos anteriores, y un aparato realmente notable. Es un sesquiplano (biplano con el ala de abajo diminuta) con dos colas independientes que salen de las alas, que lleva un fuselaje con el piloto arriba (donde ve muy bien) y un depósito para llevar hasta 800 kilos de fertilizantes para repartir volando bajito y no muy deprisa por los campos.
De hecho, el ala inferior chica permite mejor distribución del producto a dispersar, y las dos colas separadas facilitan que un camión cargue por detrás el avión. Y además no hay cola tras el fuselaje que se pringue con fertilizantes. También puede llevar un tipo estrujado tras el piloto y dos más en el fuselaje inferior, si quitas el depósito. Impresiona porque es uno de los pocos aviones ligeros que puede levantar más del doble de su peso en vacío. Es decir, está muy bien pensado.
En serio, no me parece feo. Aparte de que los aviones no tienen por qué ser necesariamente como un Spifire o un Duo para que te gusten, se me ocurren aviones menos agraciados. No doy pistas.
Se hicieron 138 de estos cacharros. La competencia era feroz. Alguno queda para la posteridad, incluso en vuelo. Y para la fama, en escenas inolvidables, en la tercera película de la serie Mad Max los buenos huyen de los malos en uno. Puede que no vendieran más aviones, pero joer si disfrutamos.
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