El legendario diseñador yanqui Burt Rutan parece que nunca ha tenido ideas preconcebidas sobre qué pinta tiene que tener un avión. A principios de los 80 se planteó hacer un “bush plane”, es decir, un avión para volar en zonas remotas y difíciles. Suelen ser aviones de ala alta, con tren robusto de ruedas gordas y patín de cola, capaces de tomar y despegar en sitios pequeños y malos (STOL). Algo como por ejemplo una Scout. Bien, pues díganme en qué se parece a este chisme que les muestro. Sí, llevan el mismo motor Lycoming O-360 de 180 HP y vuelan.
El Rutan modelo 72 Grizzly voló en 1982 y es un avión raro de narices. Está hecho en materiales compuestos y es "de 3 superficies”. No es un canard típico (tiene una cola clásica detrás). Es como si en un avión hasta cierto punto “normal” hubieran puesto otro juego de alas más corto delante. Además, las cuatro alas tienen enormes flaps de tipo Fowler extensibles (la primera vez que se probaron en esa configuración) y tienen flecha negativa. Los dos juegos de alas están conectados por unas estructuras con forma de caja que dan resistencia torsional a los planos y además sirven de depósitos de combustible.
En la vista lateral se entiende por qué no era un buen "bush plane". Las alas de "enmedio" quedan muy cerca del suelo, especialmente los muy curvados flaps. |
Más. La cabina tiene 4 plazas, pero estaba previsto que si volaban sólo dos se pudiera utilizar de dormitorio, tumbando los asientos. El tren fijo tiene dos patas curvadas rarísimas, cada una con dos ruedas relativamente pequeñas de baja presión, para sitios malos. Pero sigue siendo un patín de cola. Las ventanillas curvadas hacia afuera sobresalen y permiten mirar directamente hacia abajo.
Rutan nunca se planteó al parecer ni certificar el avión, ni fabricarlo, ni ofrecerlo para la construcción amateur con planos o en kit. Era un proyecto de investigación para estudiar el comportamiento aerodinámico. Para ver si realmente se podían conseguir buenas prestaciones en despegue y aterrizaje corto. Al parecer, lo consiguieron: el avión volaba bien y despegaba a sólo 65 km/h. Incluso lo utilizaron de remolcador para otro de sus proyectos, el velero canard modelo 77 Solitaire. También se pensó en utilizar un nuevo sistema de flotadores que permitiera la operación anfibia, pero no se llegaron a construir.
Que el avión volara bien y cumpliera sus objetivos de investigación no quiere decir que consiguiera ser un buen “bush plane”. El propio Rutan consideraba que no: las alas y sobre todo los flaps quedaban demasiado cerca del suelo, donde chocarían con la vegetación u otros obstáculos (bush significa arbusto, maleza). Según él los bush planes deberían tener ala alta.
El Griz pesaba vacío 670 kilos y el máximo al despegue 1.134. Una Cessna 172 actual con el mismo motor respectivamente 762 y 1157. Luego era más ligero y podía llevar más peso. ¡Y eso teniendo un juego de alas más! No se sabe la velocidad máxima ni el alcance, pero con toda esa superficie y los grandes flaps seguro que ganaba en pistas cortas. Sospecho además que no saldría perdiendo en rapidez. |
En definitiva, Rutan hizo su avión (uno sólo), lo probó y le dio valiosos datos de investigación para su empresa todavía en funcionamiento Rutan Aircraft Factory. Pero ya estaba pensando en algo más grande. Ese mismo año fundó Scaled Composites, en la que haría realidad sus proyectos más impresionantes, viaje al espacio incluido.
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