sábado, 29 de agosto de 2020

Chirri

Celestino Rosatelli fue un ingeniero italiano al que le gustaban los puentes, pero en 1911 se pasó a los aviones. A finales de la Primera Guerra Mundial el fundador de la FIAT Giovanni Agnelli se fijó en él y se lo llevó a su división de aviación, donde ya permaneció el resto de su carrera. 

El Museo del Aire tiene uno de los 3 Chirris que quedan. Está compuesto por piezas de varios construidos en Sevilla y al parecer tiene la cola del 3-51 en el que Joaquín García-Morato consiguió derribar 35 aviones republicanos. Madrid, 2005.

Entre otros aviones, diseñó la serie de cazas biplanos CR en los años 20 y 30. El primero, el CR.1 de 1923, era todavía de madera y en general similar a los cazas de la guerra previa. El CR.20 de 1926 introdujo un fuselaje metálico, era bueno y se hicieron más de 700. El CR.30 de 1932 ya era totalmente metálico. El CR.32 de 1933, el avión que les muestro, era una versión mejorada más pequeña, con mejor distribución de pesos, compacto, robusto y muy maniobrable.

El avión era avanzado para su época. Fíjense en la aleta encima del alerón derecho. Y vean que la rueda de cola es fija, pero está cuidadosamente carenada. Aún con la atención al detalle y los 600 HP la velocidad máxima era de sólo 350 km/h. Los Polikarpov I-16 rusos superaban los 500 km/h.

El avión se convirtió en el caza estándar de la Italia fascista. Cuando empezó la guerra civil en España en 1936, mandaron dentro de la llamada Aviación Legionaria unos cuantos al bando sublevado, que rápidamente fueron bautizados como Chirris, por la pronunciación en italiano de las iniciales del ingeniero...

El Chirri que hay en el Museo Storico es uno de los fabricados en Sevilla y lleva el famoso emblema del Grupo Cucaracha de la Guerra Civil. Italia, 2008.

El FIAT CR.32 fue el caza más numeroso del bando nacional. Según las fuentes se utilizaron más de 400 aviones. Que se dedicaron a pegarse con los cazas rusos Polikarpov I-15 y Polikarpov I-16 republicanos. Aunque se estaban quedando atrás, especialmente frente al I-16, el caso es que no les fue mal. Supongo que influyeron una variedad de factores, pero la estupenda maniobrabilidad parece que les permitía compensar la poca velocidad y el armamento ligero.

El avión llevaba un motor FIAT V-12 A.30, que era un bicharraco de 24 litros y 600 HP. Estaba inspirado al parecer en el motor yanqui Curtiss D-12, y lo que  más original me parece es que utilizaba una mezcla de gasolina (55%), alcohol (23%) y benzol (22%).

Los italianos quedaron convencidos de que todavía había margen para cazas biplanos y siguieron el desarrollo con el FIAT CR.42. Y en España se fabricaron 100 nuevos en la inmediata posguerra en Sevilla, como Hispano Aviación HA-132L, más otros 40 italianos reacondicionados. El Ejército del Aire los mantuvo en vuelo hasta 1953. Por poner un poco de perspectiva, fue el año en que voló el prototipo del Convair F-102 Delta Dagger.

Un sello para el héroe nacional. Joaquín García Morato sobrevivió a la guerra... para matarse a los pocos días en una exhibición.


No hay comentarios:

Publicar un comentario