Este avioncito (mite: cosita, pizca, minucia) que voló por primera vez en 1947 no tenía en realidad muchos argumentos para venderse. En la posguerra yanqui todo el mundo, especialmente los fabricantes, predecían que un número enorme de pilotos dejarían las fuerzas armadas y buscarían sus propios aviones. La tontuna artificial no lo sabe muy bien, pero sugiere que decenas de miles. Que se suponía buscarían los también muchos aviones militares que iban a pasar al mercado civil o más probablemente algo más barato y nuevo, como una Piper, una Luscombe, una Cessna o una Aircoupe.
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El Mite es un avión muy fino y ligero, hecho en madera y recubierto en tela. Tiene alas de buen alargamiento, flaps y tren retráctil. Llevaba un perfil laminar, nuevo para la época. Todo ello era en general una complicación pero también era claramente superior a la competencia europea de la época, la Jodel D9 Bébé, que sin embargo era mucho más práctica, tuvo más éxito, y sobre todo dio lugar a una familia mucho más diversa de aviones. Colgado del Museo del Aire en Washington, USA, 2015. |
Mr. Mooney, tuvo una carrera aeronáutica impresionante. Trabajó desde 1925 para varias empresas, incluidas Alexander, Montague, su primera empresa Mooney, Bellanca, Monocoupe y Culver, donde fue madurando varias ideas para lo que después serían su avión más famoso y numeroso, las Mooney M20. Cuando voló el Mite en 1947, ya era evidente que la "burbuja" de la aviación general había pinchado, con ventas muy a la baja.
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El Mite al parecer no es para todo el mundo, los pilotos tienen que ser también reducidos y ligeros. El avión del museo es nada menos que el primero, que originalmente voló con un motor de coche Crosley Cobra de sólo 25 HP, aunque enseguida le pusieron un Lycoming O-145 de 65 HP. Este motor en general tuvo menos éxito que su famoso competidor, el Continental A-65 |
Además el avión "no servía para nada". Era monoplaza, apenas podía llevar al piloto. El peso vacío eran 236 kg y el máximo 354: hay 118 kilos para una persona, gasolina y... poca cosa más. Figura como rápido, con un crucero de 200 km/h para un magro motor de 65 HP. Pero tampoco impresiona, especialmente con el tren de aterrizaje retráctil (y curiosamente sin carenar los cilindros). Pero debía volar muy bien, y sobre todo a un coste de operación comparativamente ridículo. Su objetivo declarado eran los pilotos de caza que acababan de dejar unas máquinas feroces de 2.000 HP y que por muy pocos dolores - relativamente, en su momento eran 2.000 y llegaron a casi 4.000, como un coche de lujo - podían tener agilidad, rapidez y ciertamente una pinta muy distinta al resto de chismes.
Impresiona que se hicieron casi 300. Algún atractivo tendrían. Quedan unas cuantas en vuelo. Pero sobre todo, pusieron la base para las muy veloces, muy numerosas y muy longevas Mooney M20, de las que se han hecho más de 11.000 hasta hace unos pocos años. Que pasearán su característico timón de dirección "echao palante" durante todavía décadas. Como pueden ver ese timón tan curioso lo introdujo su mínimo antepasado.