Michael Blyth, un piloto sudafricano que empezó con ultraligeros pendulares, decidió que necesitaba un avión biplaza ligero que volara fenomenal. Enseguida llegó a la conclusión de que no había nada como lo que él quería. Así que se metió con un grupete de amigos a diseñarlo y construirlo. Y además montar una empresa y venderlo. Originalmente se llamó The Airplane Factory, y actualmente es Sling Aircraft.
Despegando por la 36. El Sling TSi intentando atraer clientes yanquis. Oshkosh, 2019. |
El primer Sling voló en 2008. Para mostrar que el avión era bueno, decidieron dar en el año 2009 la vuelta al mundo en el segundo prototipo (¡!). Sobre el papel, es similar a otros muchos aviones ligeros: ala baja, metálico, biplaza lado a lado, tren fijo. Los primeros llevaban un Rotax 912 UL de 80 HP, pero ahora monta versiones de 100 HP o incluso Rotax 914 de 115 HP. Hay versiones LSA o de construcción amateur, con tren clásico o triciclo.
Sling significa muchas cosas, como eslinga o cabestrillo, pero creo que la mejor traducción es honda (la de David para cargarse a Goliat). |
En la vuelta al mundo el prototipo voló sin problemas con el 150% del peso máximo previsto. Así que decidieron que el diseño básico y un motor más potente permitían una versión de 4 plazas. En lugar de alargar el avión sin más, terminaron con un diseño nuevo, pero derivado del anterior, que llamaron Sling 4 (el biplaza pasó a ser Sling 2). Este avión voló en 2011 y lleva un Rotax 914 UL de 115 HP. Realmente puede llevar a 4 personas, equipaje y combustible, lo que comparado con las avionetas clásicas impresiona.
Un Sling LSA biplaza en el stand de la marca. |
El siguiente y lógico paso fue poner más jacos. El Sling TSi es un Sling 4 mejorado que lleva un Rotax 915 iS de 141 HP y que voló en 2018. Despega y aterriza en ná, vuela en crucero a 270 km/h, tiene un alcance de 1.600 km, y salvo por el pequeño pero importante detalle de que te lo tienes que hacer tú hace preguntarse si realmente tiene sentido comprar algo como una Piper Archer, o si en 2021 todavía hay que volar detrás de un Lycoming O-360.
Vamos a volar. |
Porque además parece que vuelan muy bien. Aunque sea recurrente eso de decir de un avión que "vuela como un caza" en general las pruebas coinciden en que tiene un manejo estupendo: ágil a los mandos, preciso, pero a la vez estable.
El Sling TSi en vuelo. |
No es que los regalen, pero 90-110.000 dolores para el biplaza, y 150-200.000 para el de 4 plazas, más 900-1.400 horas de trabajo, tiene su atractivo. Y de hecho ya han construido más de 600 de estos bonitos aviones.
Seguro que el avión es bueno, pero es probable que con la tremenda oferta actual haya chismes que ofrecen algo similar. Como éste o éste. |
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