Siendo indulgentes, el ICP Savannah es un avión ultraligero italiano inspirado en el Zenith CH 701 STOL canadiense. No siéndolo, es una descarada copia sin licencia, especialmente los primeros. Eso es lo que dice el diseñador del Zenair, Chris Heintz. Habría que escuchar también a la otra parte, claro. En su página no se manifiestan.
Este Savannah de la primera serie muestra los slats fijos en el borde de ataque. En Rovinj, Croacia, 2017. |
En realidad es una familia de aviones STOL que lleva en fabricación unos 20 años y que ha tenido su propia evolución. Inicialmente eran igualitos al STOL: hechos en chapa de aluminio, ala alta rectangular con perfil muy grueso, equipada con flaps y slats, fuselaje de caja, dos plazas lado a lado, pensados para salir y entrar en pistas muy pequeñas. Luego han ido apareciendo versiones mejoradas.
Vean los generadores de vórtices blancos de un Savannah S por encima del borde de ataque. Ya no lleva slats. El fuselaje además tiene líneas más redondeadas. Bremgarten, Alemania, 2017. |
Puestos a inventar, porque no sé la historia real, me imagino que los de ICP vieron una oportunidad de fusilar un diseño probado (el Zenith CH 701 STOL es de 1986) con métodos modernos de fabricación, que conocían por estar en la industria de la automoción. Los ingenieros utilizaron máquinas de control numérico para hacer la mayoría de componentes. Probablemente un Savannah no es exactamente igual que un CH 701 (a diferencia de un Kitfox 1, que sí es igual que un Avid Flyer A), aunque desde luego es muy similar.
En el stand de ICP. Vean el tren utilitario y robusto. Feria AERO, Friedrichshaven, Alemania, 2017. |
Las versiones iniciales del Savannah tienen slats, como el CH 701. Hay versiones posteriores que reemplazaron los slats por generadores de vórtices (VG y XL, más grande). También se han hecho versiones con alas trapezoidales (ADV), con fuselaje redondeado (S), y versiones ligeras y simplificadas (Bingo). Finalmente están los Ventura y Vimana, que son desarrollos modernizados del Savannah.
Un Savannah S en Issoire. Los generadores de vórtices pintados del mismo color que el ala apenas se ven. Francia, 2018. |
Lo que es evidente es que les ha ido bien. Según ellos, han fabricado más de 2.500 Savannah, de hecho más del doble que el diseño original... no es raro verlos en los aeródromos europeos. Esto es porque no son terriblemente caros (para un avión nuevo, a partir de unos 75.000 pepinos), vuelan bien y realmente tienen despegue y aterrizaje cortos.
Un Savannah S en La Seo de Urgel en 2019. |
Hay que tener claro como siempre que un avión (o cualquier máquina en realidad) es un compromiso. Si quieres potenciar el vuelo lento y tomar en pistas cortas, inevitablemente es a costa de la velocidad. Mientras que pueden despegar y tomar en sitios realmente pequeños (de manera realista unos 100 metros) piense en cruceros de 150-170 km/h.
Otro Savannah S en Oloron. Al fondo, el Pirineo. Francia, 2019. |
Que por otra parte no está mal. Porque esa capacidad de meterte en un camino o en un prau la verdad es que mola. En este país está prohibido... salvo que tengas una emergencia, claro. Pero no siempre la guardia civil está mirando y puedes tener inventiva (mire agente, la temperatura del motor estaba subiendo y por seguridad aterricé aquí). Lo que no está claro es que te dejen salir de nuevo (sí está claro, no).
En Oloron son partidarios del Savannah. Otro modelo S con ruedas carenadas, que algo harán por la vitesse. |
Es curioso que los slats, muy característicos del diseño original y de los primeros Savannah ya no se utilizan. Aparte de que son complicados de fabricar resulta que se pueden reemplazar por generadores de vórtices sin perder prácticamente capacidad de vuelo lento y ganando algo de velocidad.
Me encantaría volar en un Savannah. Y especialmente probar la capacidad de aterrizar en sitios pequeños. Así que tengo que ponerme a ello.
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