sábado, 25 de mayo de 2019

Funk FK 14 Polaris

Los Funk tienen una historia aeronáutica apasionante. Otto Funk comenzó diseñando y construyendo veleros avanzados y radicales desde 1959: del FK1 al FK5, con ideas muy interesantes, pero que no se construyeron en serie. 

Un Polaris del mismo color que las florecitas se dirige a pista. Friedrichshafen, Alemania, 2018.

El cambio vino en 1985, cuando construyó el FK 6, su primer ultraligero, y especialmente el FK 9 de 1989 con su hijo Peter Funk. Éste fundó la empresa B&F Technik en 1990 para fabricar en serie este avión, que se sigue haciendo hoy en versiones mejoradas. La empresa está actualmente en manos chinas (es notable el gran interés que tienen por las compañías aeronáuticas alemanas) y hacen dos líneas de aviones: ultraligeros modernos y diseños clásicos renacidos, como la réplica de la Jungmeister de la ya les he hablado.

Un Polaris en la sección de aviones en venta. Feria AERO, Friedrichshafen, 2017.

Dentro de los ultraligeros, el FK 14 Polaris de 1999 es un ULM/LSA (según versiones) biplaza pensado para viajar rápido, con un crucero de hasta 250 km/h. Esto es mucho: como una avioneta clásica rápida, pero con el omnipresente Rotax 912 de 80-100 HP.  El avión puede llevar dos personas a 800 km. en una cabina de burbuja cómoda y de buena visibilidad, con equipaje suficiente. Y sobre el papel, aterrizando despacito en pistas cortas de ultraligeros, gracias al peazo de flaps.

Un Polaris en el hangar. El avión está hecho con varias técnicas. El fuselaje es de sandwich de fibra de vidrio con una estructura de tubo de acero en la cabina. Las alas tienen largueros de carbono, costillas de panel de abeja en compuesto y recubrimiento de aluminio. Las superficies de mando son de aluminio. Schwenningen, 2017.

O sea, la leche. No hay muchos aviones en esa liga: están por ejemplo el Evolution, el Fusion y el Esqual. Lo que pasa es que lo de las pistas cortas es un poco forzado. A los aviones rápidos no les gusta ir lentos, y este no es excepción. Incluso instalando turbuladores (que hacen que los alerones no entren en pérdida), hay que usar los flaps con mucho cuidado y respetando escrupulosamente las velocidades. El fabricante te dice directamente que NO se pueden hacer pérdidas, porque existe el riesgo de que terminen en una barrena.

Un Polaris en el aeródromo de Constanza. Vean las lineas limpias y elegantes. Alemania, 2017.

Hay una versión mona llamada Le Mans de tren clásico. Te dan dos cabinas: una de burbuja estándar, y otra en la que vas al aire con dos parabrisas pequeños en plan roadster.

Una pareja ha venido de Francia en su Polaris a ver la feria AERO. Por si hasta ahora no se habían dado cuenta, el esquema de pintura amarillo y blanco es muy popular...

Sí, es rápido, bonito, moderno, y al parecer está muy bien hecho. No lo regalan precisamente. Pero creo que haciendo balance entre ir rápido y aterrizar despacio, prefiero lo segundo. Y sin duda, un avión en el que pueda hacer una pérdida, sabiendo lo que va a pasar con antelación y posteriormente saliendo de ella sin problemas.

La versión Le Mans tiene tren clásico, y aquí tiene la cabina cerrada de burbuja normal (no la "roadster" con dos parabrisas pequeños). Vean los tres carriles de guía para los flaps bajo el plano izquierdo. Vrsar (Croacia) 2017.

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