domingo, 20 de octubre de 2024

Davis

Entre los muchos creadores de aviones que no han pasado, o poco, a la posteridad, está Leeon Dale Davis (sí, con dos "e"), un ingeniero americano que hizo una sorprendente serie de aviones de construcción amateur. Además de llevar todos cola en uve, lo más característico de estos aviones es que son, puede que con alguna excepción, de una construcción extremadamente sencilla. No tienen nada que ver con los Davis de antes de la guerra.
 
Un Davis DA-2A de 1995. Lleva un Continental O-200 algo más potente. Se le hizo una completa restauración tras un accidente para volver a volar en 2018. Al año siguiente visitó de nuevo Oshkosh. Estados Unidos.
 
Su avión más conocido, el Davis DA-2, es un buen ejemplo. Digamos que no sobresale por su belleza. Tiene un fuselaje anguloso y cuadradote, con las alas rectangulares y cortísimas. Para los yanquis "es como si se hubiera hecho de cajas de embalaje". A mi me recuerda a algo construido con las piezas básicas de un Meccano
 
Welcome homebuilders. La construcción amateur sigue siendo una de las grandes atracciones de Oshkosh. 

El caso es que debe volar sorprendentemente bien. Una comparación recurrente es que vuela igual de fácil y segura que una Cherokee 140, pero más fina y ágil. Esto tiene más mérito si se tiene en cuenta que es biplaza, completamente metálica, y que al menos inicialmente llevaba sólo un motor Continental A.65. Tiene un crucero de 180 km/h, 700 km de alcance y puede llevar de manera realista dos adultos, gasolina y algunas cosillas. Y mide 5,44 metros de largo, 5,86 de envergadura (cada ala tiene un poco más de 2 metros), luego poco hangar necesita, y pesa menos de 300 kilos vacía... (¡!).
 
Comparado con el Lancair ES que tiene detrás, el pequeño Davis parece un avión de papiroflexia. O aluminioflexia, en este caso. Pero a mi me gusta.
 
Llegamos a la clásica pregunta, ¿por qué no hay un montón? A lo mejor se merecía más suerte. Davis voló por primera vez el DA-2 en 1966 y lo llevó al fly-in de la Experimental Aircraft Association, que por entonces todavía se hacía en Rockford, Illinois. A pesar de ganar premios por el mejor diseño y el avión más popular, no se han hecho muchos (no sé cuántos, pero aquí dicen que unos 45 hasta 1985). Aunque relativamente fácil de hacer, en la práctica es mucho trabajo (no se olvide que hay hacerlo todo, sólo tienes para empezar los planos), incluso restaurar uno lleva lo suyo.
 
Como todos los chismes que se ven en Oshkosh, exquisita atención al detalle. Fíjense en la fila de turbuladores del extradós en la parte exterior del plano izquierdo.
 
Hoy hay mucha más oferta de aviones relativamente baratos para construir en kit. Se puede discutir si son más bonitos o mejores, pero en general costarán mucho menos en horas de taller. Por mi parte, tengo claro que preferiría comprar una Jodel D.11 vieja. Por algo será que se han hecho más de 3.000. Es de madera y tela, pero me parece mucho más elegante. Cuestión de gustos.

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