En términos bélicos, tirar bombas a tu enemigo con un avión ofrece muchas ventajas, pero significa que tienes que estar prácticamente encima de tu objetivo. Y eso le da la oportunidad de defenderse. Pero si desde el avión lanzas la bomba con un misil a distancia suficiente, y luego el misil vuela él solito hasta el blanco, te ahorras muchos problemas. Esta idea empezó a probarse a final de la Segunda Guerra Mundial.
En el Newark Air Museum tienen un Vulcan conservado en muy buen estado con un misil Blue Steel delante. Vean el tamaño en comparación con el enorme bombardero y las siluetas de las personas que se ven debajo. Inglaterra, 2018.
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En la nueva era nuclear al inicio de la guerra fría, los británicos empezaron el desarrollo a mediados de los 50 de un nuevo sistema de este tipo. Su flota de bombarderos "V" (Valiant, Vulcan y Victor) llevarían un misil Avro Blue Steel con una bomba nuclear, que podrían lanzar a distancia segura (unos 200 km, y volando a unos previstos 15.000 m de altura) de las defensas soviéticas (misiles tierra-aire). Luego el misil volaría solo guiado por un sistema de navegación inercial hasta explotar en el blanco.
Blue Steel era en realidad un avión canard hecho en acero inoxidable (porque estaba pensado para mach 3 o más) y llevaba un motor cohete. Tenía que llevar una bomba nuclear, inicialmente Green Bamboo (de fisión) y luego Red Snow (de fusión), con un iniciador Blue Stone. ¿Por qué color esto y color lo otro? Eran nombres en clave (conocidos como "arco iris", claro) para designar proyectos militares británicos de la guerra fría.
El desarrollo del misil estuvo plagado de líos, y eso sin contar las armas nucleares. Para empezar, el misil era enorme: medía casi 11 metros de largo y pesaba casi 8 toneladas. Costó muchísimo hacer el sistema de guiado inercial. La electrónica de la época era de válvulas, y necesitaba temperaturas de operación estables - como la propia bomba nuclear. El motor cohete funcionaba con una peligrosa y explosiva mezcla agua oxigenada y keroseno. Y muchos más...
Un camión de la época adaptado para manejar el misil en las bases aéreas de bombarderos "V". En el suelo, un antepasado, el misil nazi Ruhrstahl Fritz X. Museo de la RAF, Hendon. Inglaterra, 2016.
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Las pruebas empezaron en 1960 en Australia. Para cuando el sistema estuvo más o menos listo para entrar en servicio en 1963, estimaban que más o menos la mitad fallarían y tendrían que soltarlas a la vieja usanza sobre el blanco. Encima los ruskis tenían en ese momento misiles de defensa muy mejorados de mucho más alcance, tanto en altura como en distancia, con lo que en realidad invalidaban todo el concepto. Hubo que cambiar de táctica y lanzar a baja cota esperando que no les pillaran (aumentando las dificultades de la misión considerablemente).
Otro misil Blue Steel en el Midland Air Museum. Inglaterra, 2018.
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En fin, para entonces estaban en desarrollo los misiles balísticos intercontinentales lanzados desde submarino, que a partir de 1970 se ocuparon de esa bonita doctrina llamada de disuasión nuclear.
Y todo esto sin hablar de lo que costó hacer todo esto... Si es que estamos locos.
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