Después de inventar el motovelero de viaje monoplaza (y también el biplaza), Fournier quiso convertirse en un "fabricante de verdad" con el RF-6: una avioneta biplaza de entrenamiento moderna, acrobática, con eficientes alas de motovelero, que voló en 1974.
F-GADN es uno de los modestos Fournier RF-6B originales de madera y tela, hechos en Francia con un motor Continental O-200 de 100 HP. Aeródromo de St Girons, Francia, 2003.
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El problema es que eligió un mal momento. En plena crisis del petróleo lo de vender aviones en un mundo saturado por Piper y Cessna era difícil. Fournier aguantó como pudo, construyendo 45 hasta 1977, en que se vio obligado a cerrar. Los RF-6 eran aviones sencillos de madera y tela con un modesto motor de 100 HP.
Al fabricante inglés de veleros Slingsby no le iba muy bien y estaba pensando por esa época dar el paso a la aviación general. Adquirió los derechos del avión y comenzó un programa de desarrollo intensivo. Inicialmente construyó unos pocos Slingsby T67 Firefly (nada que ver con el poderoso caza naval), similares al original francés y construidos en madera y tela.
G-BLRF es un T-67C Firefly, la última de las versiones civiles. También lleva el motor de 160 HP, pero sin inyección y sistema de vuelo invertido. Aeródromo de Wellesbourne, Inglaterra, 2018.
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Slingsby a continuación decidió rehacer el avión en materiales plásticos y meterse en el mercado de entrenadores militares. Aunque se hicieron versiones civiles, la chicha vino de las versiones para varias fuerzas aéreas, a destacar las británicas y sobre todo las yanquis. Éstos eran aviones muy evolucionados y diferentes, con un motoraco Lycoming O-540 de 6 cilindros y 260 caballos. A unos les fue mejor y a otros no tanto: las de los yanquis (T-34A) sufrieron unos cuantos accidentes, en realidad no atribuíbles al avión, pero que llevaron a parar la flota y finalmente destruirlos todos (¡!).
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