domingo, 10 de diciembre de 2017

Evolution

Los hermanos ingenieros checos Miroslav y Petr Kábrt tienen un currículum impresionante. Son los fundadores de Vanessa Air, un gabinete de diseño de aviones, con una laaarga lista de ultraligeros, veleros y motoveleros que han logrado llegar a la producción (Allegro, Samba, Star y Sting son algunos). Es decir, que no se han quedado sólo en bonitos proyectos.


Un Evolution colgado del techo muestra sus limpias líneas. AERO - Friedrichshafen, Alemania, 2016.
Entre ellos está el VL-3 Evolution, un avión bonito, rápido y con una pinta estupenda. Entre la legión de aviones similares que hay en la actualidad destaca: me parece particularmente proporcionado y elegante.


Al año siguiente colgaron un Evolution con un contenedor de equipaje, que me parece cuadradote y feísimo. AERO - Friedrichshafen, Alemania, 2017.
Sobre el papel es directamente la pera. Está dentro de la categoría ultraligero, es decir, es pequeño: sólo mide 8,5 m de envergadura y pesa vacío 285 kg. Pero puede salir de un campito pequeño con dos personas, volar a 210-270 km/h en crucero, y a más de 2.000 km de distancia. Para llegar a otro campito con una pista de 300 metros y aterrizar a unos 80 km/h.


Asientos de cuero y dos pantallones Garmin de instrumentación digital. Lo único analógico es el anemómetro del medio y una brújula (que no se ve) en la cúpula.
Todo esto se logra con aerodinámica avanzada y construcción en materiales compuestos. El avión está diseñado por entero en el software SolidWorks de Dassault. Tiene perfil laminar moderno, tren retráctil y el inevitable Rotax 912 ULS de 100 CV.


Un Evolution francés en la isla de Brac. Que es una costa preciosa para ir con un avión. Croacia, 2017.
Además de tener varios récords FAI de velocidad, un par de Evolution cruzaron el Atlántico en 2016: salieron de Bélgica, pasaron por el Reino Unido, Islandia, Groenlandia y Canadá. Llegaron hasta Oskosh y continuaron hasta Sun'n'fun en Florida. Total, poca cosa. Ya se había cruzado antes el Atlántico en ultraligero, pero no deja de ser un vuelo tremendo.


El tren retráctil queda completamente tapado para añadir limpieza aerodinámica.
Aunque se siguen haciendo en la la República Checa, en la actualidad los dueños son belgas: JMB Aircraft (también de dos hermanos: Jean Marie y Jean Baptiste Guisset - qué coinsidensia).


Fíjense en el terminado impecable de la superficie alar.

En resumen: no me importaría nada hacerme con una máquina de estas. Tendré que pegar un palo a un banco, porque la cosa sale por unos 120.000 boniatos...


Futura piloto comprobando el acabado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario