El fabricante italiano Konner empezó por
construir una turbina de gas ligera y potente: 50 kg y 250 HP. Hacer esto sólo
les llevó 10 años. Luego decidieron hacer un helicóptero ligero propulsado por la turbina, el Konner K1. Total,
poca cosa. Un helicóptero biplaza bonito, según ellos con la mejor relación
peso/potencia, y que además dicen que vuela
estupendamente.
Un K1 en la feria AERO.
Friedrichshafen, Alemania, 2017.
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El K1 es pequeño (el rotor sólo
mide 6,8 m) y ligero (290 kg). Está atiborrado
de tecnología: la célula está hecha en fibra de carbono, el rotor principal
es moderno y lleva instrumentación digital. Lo que más impresiona es la turbina.
No sólo va muy sobrao de potencia: lleva
control FADEC (full authority
digital engine control, es decir, entre otras cosas, no la puedes "pasar"),
y puede funcionar con gasoil además
de con queroseno. Y hay una versión híbrida:
el motor eléctrico de arranque hace también las veces de generador y de "unidad
de potencia de emergencia". Si pierdes la turbina, te permite hacer la
autorotación y tomar con más seguridad. Y si por ejemplo te vas a dar una vuelta
por los Alpes, tienes 50 HP más de reserva para despegar.
Un deportivo del aire. Y en color rosso corsa italiano, como
corresponde. AERO, Friedrichshafen, Alemania, 2016.
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Un ligero inconveniente es que el
juguete vale unos 350.000 chuflos. Y
aunque volar en helicóptero tiene su
atractivo, me parece que yo me los fundiría en algo muy
diferente.
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