El origen de este avión ejecutivo
italiano es yanqui: se trata de un proyecto
de 1957 del famoso Ed
Heinemann de la Douglas para
la marina, y por tanto capaz de
operar desde portaviones. Pero la marina dijo que sólo compraría si se
desarrollaba previamente una versión civil.
Douglas intentó que Northrop
participara (en aquel entonces el concepto de reactor ejecutivo era una
novedad, el primero de ellos - Lockheed
JetStar - voló ese mismo año). Northrop dijo que no y entonces, no sé muy
bien por qué, se dirigieron a Piaggio.
Los de Douglas fueron listos. Al menos inicialmente. Dejaron
que Piaggio se ocupara de hacer el desarrollo del avión civil (poniendo la
pasta y fabricando los prototipos) y sólo si la cosa iba bien ellos se
ocuparían de fabricar las versiones militares. El tiempo fue pasando y el prototipo italiano
voló en 1964. El interés por el avión seguía siendo nulo. A esas alturas ya habían volado otros reactores ejecutivos que
finalmente tuvieron éxito y de los
que se hicieron cientos o miles con los años: los Sabreliner, De Havilland 125,
Aero Commander Jet Commander, Dassault Falcon 20 y finalmente el Lear Jet 23 ya
estaban en el aire... y nadie quería el
reactor italiano.
Se nota que el PD
808 es de los primeros: alas y superficies de cola rectas, aspecto menos
estilizado. Los tremendos depósitos de punta de ala llevan 1.700 litros, casi
tanto como la capacidad interna. Los primeros turboreactores devoraban
combustible (el avión llevaba motores Armstrong Siddeley Viper británicos).
Museo della Aeronautica Militare, Lago Bracciano, Italia, 2008.
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La Aeronautica Militare italiana fue finalmente la única que se
apiadó, ejem, que decidió adquirir una modesta cantidad de 20 ejemplares para una variedad de usos
(calibración de instrumentos, guerra electrónica, entrenamiento de navegación y
transporte VIP). Al menos Piaggio hizo su primer reactor y
algo aprenderían: siguen en el ajo aeronáutico, mientras que varios de sus
competidores de entonces desaparecieron.
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