viernes, 8 de agosto de 2025

Horten Ho 33

Los hermanos Horten crearon antes de la Segunda Guerra Mundial algunos de los veleros más raros de todos lo tiempos. Y durante ella algunos de los aviones de combate más raros de la historia. Todos ellos alas volantes. Al terminar aquella desgracia huyeron a Argentina. No hay acuerdo en esto, porque en otro sitio dicen que Walter Horten se quedó en Alemania. En Argentina, Reimar Horten pronto empezó con nueva actividad aeronáutica y se quedaría allí el resto de su vida. Walter Horten sin embargo volvió a Alemania en 1951 (o seguiría allí), cuando se volvió a autorizar el vuelo con planeadores. Entonces se puso a diseñar un motovelero ala volante – cómo no - el Horten Ho 33, el último diseño Horten.
 
En el impresionante museo de la Wasserkuppe tienen el segundo Horten Ho 33 construido, restaurado (demasiado, diría yo) para mostrar el aspecto que tenía el primero cuando volaba como velero. Todas las fotos en Alemania, 2019.
 
El mayor de los Horten se basó aerodinámicamente en el ala volante Horten III de antes de la guerra. La diferencia más clara era un fuselaje largo y profundo, que acomodaba piloto, pasajero y un motor con hélice impulsora, además del tren de aterrizaje con dos ruedas. Seguía utilizando una mezcla de alerones y elevones en tres secciones del borde de salida de cada plano. No tenía superficies verticales.
 
No sé por qué lleva la matrícula D-5331. La original de este avión es D-EGOL, y la del primero D-EJUS. No sé si al volar inicialmente solo como velero le dieron la matrícula que lleva. La construcción era todo en madera. Vean los complicados alerones y elevones. Y el carenado de la hélice. Vean también que el avión es un ala volante pura: ala en flecha y no hay superficies verticales ni mando de timón.
 
El primero lo construyó a partir de 1953 un amigo de los Horten, Alfons Pützer, que ya les había ayudado a construir su primera ala volante en 1933, y que tras la guerra participaría en un montón de proyectos de veleros, motoveleros (por ejemplo, fabricó en serie el Fournier RF-4) y aviones ligeros. De hecho el avión se denomina en algunos sitios Pützer Horten Ho 33. Estaba previsto utilizar un motor Zündapp Z-92, de 4 cilindros en línea y 50 HP, que se había utilizado en varias avionetas ligeras de antes de la guerra (como ésta). Pero no pudieron instalarlo porque todavía no estaba autorizado el vuelo con motor. Así que el primer Horten Ho 33 (D-EJUS) voló en 1954 como velero puro, con un carenado con la forma prevista del motor y cono en la parte trasera del fuselaje.
 
Igual que su predecesora Horten III, el ala en flecha tenía un espesor muy grande en el encastre, entiendo que para conseguir resistencia estructural.
 
Como velero, el primer Ho 33 era muy grande y pesado. Medía 19,2 metros de envergadura, pesaba 460 kilos y a pesar de la enorme superficie alar (35,6 m2) impresionaba más bien poco, con un planeo de 26 a 90 km/h. Tenía problemas de estabilidad en el aire y era difícil de manejar en tierra. Aunque la comparación sea un poco injusta, un Bergfalke de la misma época era más pequeño, mucho más ligero, fácil de volar y planeaba más. No fue posible instalar y volar con motor hasta 1957. Encima tuvo problemas de encolado (se utilizó caseína, que perdía propiedades con el tiempo) y finalmente tuvo que ser desconsideradamente destruido.
 
En la restauración pusieron un patín de aterrizaje y una rueda pequeña en el fuselaje, supongo que era como lo llevaba originalmente el primer Ho 33 V1 cuando volaba como velero. Como avión de motor sin embargo el Ho 33 V2 llevaba dos ruedas más grandes, la de delante retráctil hacia atrás y la de detrás dirigible. Vean además los dos ruedines retráctiles en los planos. El avión debía ser difícil de manejar en tierra. 
 
Mientras tanto Pützer había construido un segundo Ho 33 con varias mejoras y un motor Porsche PFM de 50 HP, basado en el motor del Porsche 356 (D-EGOL). Voló en 1955 y era mejor. Más todavía cuando le pusieron un motor Porsche PFM de 75 HP. El avión conseguía un crucero de más de 200 km/h y era un velero razonable con su planeo de 26. Sin embargo, seguía siendo difícil de manejar en tierra por grande, pesado y el tren peculiar. Además era muy caro (18.000 marcos de la época). Así que Herr Horten se dio por vencido en 1957 y no se inició la producción en serie. El Scheibe SF-24 Motorspatz había volado ese mismo año y el Falke estaba ya al caer. Los motoveleros clásicos tendrían mucho más éxito.
 
El Horten Ho 33 no está en vuelo. Creo que me hubiera gustado más que lo conservaran con el aspecto de motovelero y con su motor Porsche original, que era lo que en definitiva buscaba Horten.

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