Este desquiciado chisme para mi no tiene ni pies ni revés. Sin embargo, en los años 50 el ejército yanqui estaba buscando maneras novedosas de transportar a sus soldaditos. El fabricante de helicópteros Hiller sacó esta cosa, llamada Flying Platform, para probar si el invento funcionaba. Y el caso es que algo consiguieron - veánlo en acción. Voló en 1955, pero se consideró inviable y finalmente se dejó el desarrollo.
La idea era de un ingeniero llamado Charles Zimmerman. En un anillo con forma aerodinámica (conocido en inglés como ducted fan, "ventilador de flujo guiado") llevaba dos motores de gasolina de 40 HP que movían un par de hélices coaxiales contrarotativas para generar sustentación en efecto suelo. Una vez en vuelo estacionario, el piloto subido al "púlpito" por encima de las hélices sólo tenía que inclinarse para que la cosa se moviera en esa dirección. El mando era intuitivo (¡!). No había mandos aerodinámicos, al menos inicialmente.
Obviemos el hecho de que si te caías del púlpito ibas directo a una enorme picadora de carne. Aquello apenas volaba, era muy lento, no tenía potencia para superar obstáculos, y con viento no había manera de manejarlo. Aunque hicieron otra versión supuestamente mejorada, los militares dijeron finalmente basta. Al menos no fue un completo fracaso: la idea del conducto anular aerodinámico con hélices de propulsión sobrevivió para propulsar otros proyectos.
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