En la fabulosa colección Shuttleworth hay varios aviones únicos y raros, y el Blackburn B-2 es uno de los que más. Superficialmente se parece a otros biplanos entrenadores de los años 30, como el de Havilland Tiger Moth. Pero hay grandes diferencias. Sólo se hicieron 42 B-2 (frente a casi 9.000 Tiger Moth), sólo queda éste y además tiene un planteamiento muy distinto.
Para empezar, el Blackburn coloca a instructor y alumno sentados lado a lado. Esto es rarísimo. No se me occurre ningún entrenador primario de la época con esa disposición, creo que todos o casi todos iban situados en tándem. Y luego tiene una construcción del fuselaje en chapa de duraluminio, mientras que lo normal en la competencia era todo madera o fuselaje en tubo de acero soldado y recubiertos en tela. Las superficies de vuelo también están hechas de duraluminio y van enteladas.
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La cabina y el panel de instrumentos. Muestra lo que era importante en un avión de los años 30. Pero deja mucho que desear. Arriba a la izquierda, un raro y complicado anemómetro con escala en nudos (no lo dice, pero X 10). La aguja da dos vueltas... hasta 280 nudos (más de 500 km/h), pero no hace falta, en la primera mitad de la primera vuelta se llega a la VNE de 97 nudos (¡180 Km/h!). Luego en general es bastante inútil. El siguiente en el centro es un indicador de giro y resbale. Es la base muy rudimentaria del vuelo sin visibilidad. Lo siguiente es un altímetro en miles de pies, con una sola aguja, que llega a 16.000 (4.876m, con muuucha suerte y la mayor parte del tiempo vuelas en la primera mitad). Por debajo, un cuentavueltas - nada que criticar, máximo 2.500 RPM. Un enorme compás, de mesa (¡!), que no quedaría mal en un trasatlántico. Y un medidor de presión de aceite. Los letreros son estupendos. Y los cinturones parecen un poco sadomaso. El panel del Falke parece de una nave espacial en comparación. |
Por lo demás, el avión es típico de su época. Biplano, cabina abierta, patín de cola, superficies de mando grandes. Especialmente el timón de dirección (¡!). Lleva un motor de Havilland Gipsy de 130 HP, es sencillo, corre poco (crucero de 150 km/h), es acrobático y me encantaría que me dieran una vuelta. En esta prueba en vuelo lo ponen muy bien, idiosincrasias británicas aparte.
Blackburn quería ofrecer un poco más de modernidad que la competencia, pero no obtuvo ningún contrato. El primero voló en 1931 y sólo construyó unos poquitos, la mayoría para sus propias escuelas de vuelo. Le dieron toda la publicidad que pudieron, incluido participar en competiciones y carreras, pero no hubo encargos.
El único que ha sobrevivido, G-AEBJ es de 1936. Espero que llegue a centenario. Y más.
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