En 1964, cuatro estudiantillos del Akaflieg la Universidad Técnica de Darmstadt (Alemania) volaron por primera vez un velero que habían construido artesanalmente y que quitaba el hipo: el D-36 Circe. Era sencillamente la leche y mostraba como las nuevas técnicas de construcción en plástico reforzado con fibra de vidrio se podían utilizar junto con nuevos perfiles laminares para conseguir unas prestaciones hasta entonces inimaginables, gracias a los acabados prácticamente impecables que lograban flujo laminar en la mayor parte del ala. Esto era imposible con madera y tela o metal.
El nuevo velero realmente dejaba atrás todo lo anterior. Con 17,8 metros de envergadura conseguía un planeo de 1:44 y además con una polar bastante más plana que lo habitual en la época (es decir, corría más y bajaba menos). Tengan en cuenta que entonces sólo se habían hecho artesanalmente unos pocos "plasticos" y sólo se había empezado - tímidamente - a fabricar en serie el Bolkow Phoebus (aunque estupendo, con planeo de 1:37, volaba mucho menos). Los veleros en su mayoría eran de madera. Lo normal es que fueran chismes sencillos como un Schleicher Ka-8 (planeo 1:27). Un Schleicher Ka-6 era un velero muy guay (planeo 1:30, campeón del mundo en clase estándar el año anterior) , y uno ultra-guay, el campeón del mundo del año anterior en clase open, el velero polaco SZD-19 Zefir 2, con un planeo de 1:35.
¿Qué ven? Un velero de plástico moderno. No han cambiado esencialmente gran cosa. |
¿Quiénes eran los 4 jovencillos? Unos tipos que llegarían a tener una enorme influencia en la historia del vuelo a vela. Tres pasaron a ser los diseñadores principales de tres firmas legendarias: Klaus Holighaus (ese mismo año pasó a Schempp-Hirth), Wolf Lemke (posteriormente a LS), y Gerhard Waibel (a Alexander Schleicher). El cuarto, Heiko Friess, es mucho menos conocido, pero tuvo también un papel relevante en la LBA, la oficina federal de aviación alemana, encargada de los estándar de seguridad aérea.
El segundo D-36 (en el centro) tiene las mismas alas que el primero. Se ven con dificultad, pero tenía aerofrenos Schempp-Hirth que fueron muy difíciles de poner a punto. |
Estos tipos comenzaron el diseño del avión en 1962. Lemke era el responsable del ala, Waibel del fuselaje y Friess de los aerofrenos (que eran muy complicados). El más jovencillo Holighaus se unió más tarde e hizo un nuevo diseño de la cola. El perfil del ala era un nuevo desarrollo del profesor Franz Wortmann. La construcción en fibra de vidrio y poliéster estaba suplementada con madera de balsa. El diseño prometía, pero tuvieron muchas dificultades, que superaron.
En el campeonato alemán de 1964 el propio Waibel consiguió con el avión el primer puesto. Y en 1965 en Inglaterra el avión debería haber ganado el campeonato del mundo - era claramente el mejor velero - pero ganó un Foka polaco (planeo 1:36) gracias a técnicas de vuelo en equipo. Quedó segundo... Da igual, la revolución en prestaciones ya estaba en marcha.
El primer encargo de Gerhard Waibel cuando fue en 1965 a trabajar a Schleicher fue hacer un velero de competición basado en el D-36. El inicialmente llamado AS-12, después AS-W12 y finalmente ASW-12 se parecía bastante al D-36 y estaba obviamente basado en él, pero era un avión diferente. Utilizó nuevos perfiles Wortmann, aumentó la envergadura a 18,3 metros e introdujo mejoras en la cabina y en general estructurales. Como las alas del D-36 previo flexaban muchísimo en vuelo (tanto que era conocido como "gummiflügel" o alas de goma) los aerofrenos muchas veces simplemente o no entraban o no salían cuando tú querías. Así que en el ASW-12 Waibel no puso aerofrenos (¡!). Para aterrizar tenías que lanzar un paracaídas de cola. Que a veces fallaba (¡!). El primero voló el 31 de diciembre de 1965, con nieve.
Así que aterrizar un ASW-12 era interesante. Si el paracaídas fallaba el avión planeaba muchísimo en efecto suelo. Si no espabilabas y hacías algo podías terminar con un plano en el suelo y haciendo un caballito, o estrellándote contra algo pasada la pista. Así que los precavidos entraban muy alto, como a 120 metros en final. Si salía el paracaídas, aterrizabas directamente sin problemas. Si no salía, tenías altura para hacer un segundo circuito (si sabías y tenías nervios para hacerlo, claro).
La planta primero rectangular y luego trapezoidal pretendía acercarse con poca complicación y líneas rectas a la distribución elíptica ideal. Mucho más adelante vendrían las curvas complejas. |
Luego el velero era más bien para pilotos muy buenos y muy ricos. Y como pronto la competencia estaba a la altura y además con frenos, sólo se hicieron 15. Pero quedó para la historia. Con su fabuloso planeo de 1:46 y el vuelo rápido y plano en las transiciones, el ASW 12 se utilizó para conseguir un montón de récords y ganó varios campeonatos. Pero nunca los del mundo. En 1968 ganó la competencia Schempp-Hirth con el muy parecido pero algo más moderno Cirrus. Y en 1970 el primer Nimbus, también de su amigo Holighaus en Schempp-Hirth, con 22 metros y 1:51 de planeo quedó primero, y el ASW-17 segundo, con alas de "sólo" 18,3 metros y un planeo de 46. Ya no eran comparables. Empezaba la "guerra de la envergadura".
Algunos récords del ASW-12 fueron directamente la leche. Mi favorito, en 1972 Hans-Werner Grosse voló en su ASW-17 de Lübeck (en la costa del mar báltico) a Biarritz (al sur de Francia en la costa del Atlántico). Los 1.461 kilómetros de distancia libre aguantaron 30 años sin que nadie los superara. Me sigue pareciendo de otra dimensión, en cualquier velero.
Desde entonces, los veleros grandes y caros no han dejado de evolucionar y conseguir "más". No sé si mejor o más divertido. Pero molan.
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