lunes, 22 de junio de 2020

Global Flyer

Este avión es esencialmente un motovelero de viaje (TMG - Touring Motor Glider). Un poco extremo, sí, porque se pensó para dar la vuelta al mundo. Cosa que hizo tres veces. Pero conceptualmente es lo mismo que un Falke o si quieren un Stemmemaximizar el rendimiento aerodinámico para conseguir alcance, bajo consumo y velocidad razonable. Tiene un planeo de 1:37, y ese punto "diferente" que tienen los diseños de Burt Rutan. Aunque no es tan raro como su anterior avión en dar la vuelta al mundo, el Voyager.

El Global Flyer tiene dos fuselajes principales, cada uno con 3 depósitos de combustible, unidos por las largas alas de 35 metros, que tienen otros 6 depósitos principales. En total, hasta 8.300 kilos. El avión está hecho en fibra de carbono, epoxy y panel de aramida. El 83% del peso al despegue es combustible.

Steve Fossett supongo que debe encarnar para muchos el sueño yanqui: un tipo que se hizo millonario con la bolsa y después se dedicó a vivir aventuras increíbles. Entre ellas, dio la vuelta al mundo varias veces, batiendo un montón de récords: a vela, en globo y en avión (¡!). En vuelo sin motor consiguió un montón. En su año mágico de 2003 consiguió 9 que a mi sencillamente me parecen de otra dimensión, como volar 2.000 kilómetros en una distancia de ida y vuelta sin motor, o el de altitud absoluta a 15.460 metros, en un DG-500 modificado.

El pequeño fuselaje central tiene un turbofan Williams FJ44 (común en los reactores de negocios como el Cessna Citation Jet o el Pilatus PC-24) de sólo 1.000 kilos de empuje. El avión vuela en crucero a unos 465 km/h, pero se utilizaron con ventaja los vientos de cola en todos los récords.

Bien, pues en 2005 este tipo se metió el solito en este avión y se pegó casi 3 días volando alrededor del mundo, sin escalas, y sin repostar combustible. Y es evidente que sin dormir. Un poco de geografía: salió literalmente de mitad de yanquilandia (Salina, Kansas - búsquenlo), y volando en general hacia el este para ir con viento en cola fue pasando por Terranova, Marruecos, Egipto, Arabia, India, China, Japón, California y vuelta a Salinas. En total, 36.787 km a 550 km/h.

Vean la diferencia de tamaño y de aspecto con una avioneta Globe Swift. La altura de crucero normal era de unos 13.700 m, muy por encima del tráfico comercial. La cabina presurizada era un claustrofóbico espacio de sólo dos metros de largo con una cubierta diminuta.

Ya puestos, se podía también mejorar el récord de distancia absoluta. Salió en 2006 de Florida y una vez más hacia el este pin-pan-pin-pan hasta cruzar por segunda vez el Atlántico y aterrizar en Inglaterra, 41.767 km después. Finalmente, para jubilar el avión y también en 2006, batió el récord de distancia en circuito cerrado, que no es más que un tecnicismo porque dio otra vuelta al mundo un poco más larga volando sobre el ecuador (40.707 km). Parece que le gustaba dar vueltas al mundo.

El momento más interesante era al aterrizar. El avión es muy limpio y no tiene ni frenos ni flaps. La aproximación debía ser muy plana y los únicos medios de ayuda al descenso eran dos paracaídas.

Y todo para matarse al año siguiente en una Super Decathlon en las montañas de California, cerca del Yosemite, muy probablemente por meterse en un fregao que combinaba descendencia, sotavento y complacencia. Nos puede pasar a cualquiera. Las bestias salvajes deboraron su carne, y qué más da. Mejor que morir demenciado, viejo y solo.

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