Aunque los nazis vieron pronto que el futuro de los aviones de combate estaba en la propulsión a chorro, y especialmente en los turboreactores, durante toda la guerra fueron desarrollando aviones de hélice cada vez más impresionantes. Entre los muchos aviones que crearon destaca el Dornier 335 Pfeil (flecha), un caza bimotor grande, pesado y rapidísimo.
El único Pfeil que queda está el Museo del aire y del Espacio de Washington (Centro Udvar - Hazy). Es una versión A0 de preproducción completada en abril de 1945 y capturada por los aliados en la fábrica. De los muchos aviones que se llevaron los yanquis al final de la guerra para probar las tecnologías secretas desarrolladas en Alemania (Operación Lusty). Estados Unidos, 2015.
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Impresiona todavía hoy la combinación de originalidad, fuerza bruta y prestaciones espectaculares. Lo primero es por ser un bimotor en tándem: los dos motores están en el fuselaje, con lo que es más aerodinámico que un bimotor típico con motores en las alas. Dornier llevaba utilizando la disposición desde la guerra anterior, pero era la primera vez que se utilizaba en un caza. Pero también era original por el tren triciclo, el asiento eyectable y la cola cruciforme. Y todavía más que cola y hélice trasera podían lanzarse con pernos explosivos cuando se eyectaba el piloto (¡!).
La fuerza bruta venía de dos masivos motores Daimler-Benz DB 603, un V12 de 1.900 HP (luego X 2 = 3.800 HP). Se había desarrollado de los DB 600/601 y tenía características avanzadas como inyección directa de combustible y un supercargador. Cada motor pesaba casi una tonelada, tenía 44,5 litros y hacía girar una hélice tripala de 3,5 metros de diámetro.
Un motor Daimler - Benz DB-605. Los doce cilindros están en V invertida. En la parte de atrás se ve el compresor centrífugo. Flugausstellung Museum, Alemania, 2019.
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El bicharraco pesaba unas 10 toneladas al despegue (un Messerschmitt 109 G poco más de 3) y era enorme. Una persona podía caminar por debajo sin problemas. A pesar de eso, podía volar a más de 760 km/h (en algunos sitios dicen que a más de 800 km/h), con lo que en la práctica dejaba atrás cualquier caza aliado, incluidos chismes tan rápidos como el Tempest, Mustang o un Mosquito. De hecho, volaba considerablemente más rápido que los primeros reactores británicos Meteor. Incluso con un solo motor podía volar a la muy respetable velocidad de 620 km/h, lo que da una idea de la limpieza aerodinámica del diseño.
Impresiona lo limpio y moderno que es el diseño. El capó anular tiene el radiador de refrigeración.
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El avión era muy bueno en su previsto papel de cazabombardero de alta velocidad: no era rival en combate evolucionante para los maniobrables cazas monomotores aliados, pero eso no era importante para destrozar bombarderos. Estaba bien armado, y con la tremenda ventaja de velocidad podía aparecer de la nada y freir a tiros al infeliz cuatrimotor. Luego podía escapar con facilidad de cualquier caza aliado sin necesidad de luchar con él.
Afortunadamente para los aliados no llegó a entrar en combate. El prototipo voló a finales de 1943, pero el desarrollo estuvo plagado de problemas. Entre ellos, el motor trasero tendía a recalentarse, el tren era frágil y se rompía con facilidad, y la cabina no tenía buena visibilidad. Cuando terminó la guerra en abril de 1945 empezaban a salir de las fábricas algunos cazas de serie. Se completaron en total sólo unos 50 aviones, incluidos 16 prototipos (¡!) y unos 22 aviones de pre-producción. Pero a Alemania se le había acabado la gasolina, los pilotos, las ideas y en general casi todo.
El motor trasero estaba a la altura del borde de salida. Vean los escapes en los laterales del fuselaje y la toma de aire similar a la del Mustang para refrigerarlo. Accionaba la hélice mediante una transmisión. El largo tren de aterrizaje y la cola en cruz estaban pensados para que la hélice de atrás no pegara en el suelo al despegar y tomar.
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