En gran parte olvidado hoy, resulta impresionante el esfuerzo que se dedicó a los dirigibles, fundamentalmente desde finales del siglo XIX (aunque con orígenes muy anteriores). Uno de los poco recordados, pero famoso en su día, fue Friedrich Hermann Wölfert. Estudió teología y filosofía, fundó una editorial, y todo eso dejó de importar cuando conoció a Georg Baumgarten en 1879 y ya dedicó todo a los dirigibles.
En una serie de correos de Cuba de 1991 dedicado a los dirigibles se puede ver a Herr Wölfert y su dirigible. |
Tras varios intentos con más bien poco éxito, y la muerte de su socio, Gottlieb Daimler (el inventor del motor de gasolina) le ofreció usar su invento y así lo hizo en 1888. A partir de ahí fue mejorando el diseño y para 1897 tenía un dirigible llamado Deutschland con varios vuelos en su haber, patrocinadores que le financiaban y militares interesados. El mundo parecía de color de rosa...
En un vuelo de demostración en el campo de vuelos de Berlín - Tempelhof, el hidrógeno que salía de los tubos de respiración del grueso envoltorio flexible se prendió con la llama abierta que producía el motor al funcionar. Aquello estalló en llamas. Wölfert y su mecánico Robert Knabe murieron abrasados mientras los restos del aparato se precipitaron al suelo. Fueron los primeros muertos en dirigible. Al menos le pusieron su nombre a una calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario