El índice de masa corporal de los yanquis ha ido creciendo en los últimos años. Eso significa que ya no caben en algunos de sus aviones tradicionales. Y que pueden sobrepasar su peso máximo al despegue. Mr. Richard VanGrunsven, de Van's Aircraft, tomó buena nota y su último avión, el biplaza Vans RV-14, está pensado para que eso no sea un problema.
Este RV-14 en el momento de la toma ya tiene la rueda de cola en el suelo y las principales están a punto de hacerlo. La versión de tren clasico me parece más bonita y es un pelín más rápida. Oshkosh, 2019.
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Un RV-10 cuatriplaza a la izquierda despega con un RV-14A de tren triciclo. Vean la similitud de los dos aviones. Oshkosh 2019.
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El RV-14 voló por primera vez en 2012. Es más grande por fuera, más amplio en la cabina y puede llevar más peso que los Vans similares anteriores. Sería como una versión biplaza de su RV-10, o si quieren un RV-9 más moderno y acrobático. Como los diseños más clásicos de Vans, es ágil, rápido y para muchos bonito. Te lo tienes que hacer (o pagar que te lo hagan, claro), pero dentro de la construcción amateur las cosas se han simplificado cada vez más.
El mismo RV-14A rodando con la cabina abierta para que entre algo de fresquito. Aunque es el último avión de la casa, a día de hoy ya hay terminados 132 y en total casi 11.000 Vans RV construidos, algo impresionante para una familia de aviones de construcción amateur). Oshkosh 2019.
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Como todos sus predecesores está hecho de chapa de aluminio aeronáutico, pero se tarda menos en hacer que otros diseños Vans. Todas las piezas tienen pre-perforados los agujeros para poner los remaches y tornillos. Eso significa que todas las piezas vienen alineadas de fábrica. Otros componentes como la instalación del motor o de los instrumentos también se pueden comprar preinstaladas. Según el fabricante, un avión terminado te puede costar del tipo de 90.000 dolores en adelante. Eso en USA, claro.
Para gustos los colores. Pero a mi me parece particularmente espantoso. Oshkosh 2019.
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¿Y cuánto tiempo? Pues de nuevo según ellos del tipo de 1.200 horas. O menos si compras un kit de construcción rápida, digamos unas 800. Pero en todo caso, hay que encontrar el sitio para hacerlo, arremangarse y construir todo, y pasar por el papeleo y las inspecciones correspondientes (esto es mucho más complicado aquí que en los States). De manera realista tiene que echarle al menos un par de años o más de su tiempo libre.
En AERO Vans enseñaba a los potenciales clientes germanos este RV-14A. Friedrichshafen, Alemania, 2018.
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¿Merece la pena? No lo sé. Sigue siendo mucha pasta y tiempo. Por otro lado, terminas teniendo un peazo de avión con un motor de 210 HP (Un Lycoming IO-390, básicamente una versión moderna y agrandada del O-360 clásico de 180 HP), que puede llevar dos gordos con mucho equipaje y mucho combustible a más de 300 km/h, a un sitio a 1.500 km de distancia. Y encima puedes hacer unos loopings antes de aterrizar. Porque siguiendo con la tradición de la casa al parecer vuela estupendamente.
Un RV-14 delante de la zona de talleres de enseñanza. Oshkosh 2019.
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Lo que está claro es que un avión de fábrica nuevo será mucho más caro, incluso teniendo en cuenta las horas de trabajo, y encima volará menos. Además no hay mucho donde elegir. Que me vengan a la cabeza, por ejemplo una Decathlon de la misma potencia es de tubo y tela, puede que sea algo más acrobática, corre menos y puede llevar menos peso. Y te piden 300.000 machacantes. A mi me gusta más, pero no me voy a enfadar si me regalan un RV-14. Incluso en kit.
Un RV-14A se dirige a la zona de aparcamiento. Vean la amplitud de la cabina. Oshkosh 2019.
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