Terminada la II Guerra Mundial el transporte aéreo comenzó de nuevo con los aviones militares excedentes del conflicto, sobre todo miles de Douglas DC-3. Pero había margen de mejora. Convair, la compañía que resultó de la fusión en 1943 de Consolidated Aircraft y Vultee Aircraft se puso enseguida a diseñar un nuevo avión de transporte por encargo de American Airlines.
Todos ellos venían bien preparados. Consolidated creó el bombardero cuatrimotor B-24 Liberator. Vultee Aircraft ya había hecho previamente un avión de pasajeros para American, el Vultee V-1. Y la propia American Airlines había tenido un papel decisivo en el desarrollo del DC-3.
Uno de los aviones más curiosos que he visto, el Convair NC-131H Total In-flight Simulator (TIFS) voló en 1970 para simular las características de vuelo del previsto bombardero Rockwell B-1. Museo de La USAF. Dayton, Ohio, 2019.
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Tras un primer prototipo, American revisó las características del avión que querían y Convair sacó el verdadero inicio de la saga en 1947: el Convair CV- 240 (dos motores y 40 pasajeros). Fue el primer avión de pasajeros presurizado, lo que permitía volar más alto y más cómodo. Llevaba más gente (40 frente a 30) y más rápido que el DC-3 (crucero de 450 km/h frente a 300 km/h), pero todavía dependía de los motores de pistón: dos enormes Pratt & Whitney Double Wasp de 2.000 HP.
El Convair CV-340 aumentaba a 44 pasajeros y otras mejoras. El Convair CV-440 de 52 pasajeros (denominado Metropolitan, aunque ya todo el mundo los llamaba "Convairliner"= Convair Airliner = el avión de pasajeros de Convair) fue el desarrollo final con motores de pistón. Se construyeron 1.181 y además se reconvirtieron muchos con diferentes motores turbohélice. Han volado con literalmente cientos de compañías aéreas (incluidas Iberia y Aviaco) y varios lo siguen haciendo en la actualidad.
El TIFS se modificó de un modelo C-131H militar, a su vez una reconversión con turbohélices Allison más potentes, de 4.300 HP. Era similar a un CV-440 civil modificado (CV-580). Además de la cabina adicional en el morro fíjense en las superficies verticales en las alas. Con ellas se podía generar fuerzas laterales que simulaban viento cruzado (¡!).
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Además hicieron otros 512 aviones similares para los militares, inicialmente para la Fuerza Aérea yanqui (Convair C-131 Samaritan, en la tira de variantes) y también para la marina. En total, 1.693. Que son muchos menos que el DC-3, pero no deja de ser impresionante.
El TIFS tuvo una larga carrera hasta los 2000: se utilizó para estudiar el comportamiento simulado de una variedad de aparatos civiles, militares y de investigación: Boeing X-40, Northrop Tacit Blue, transbordador espacial, Northrop B-2, Northrop YF-23, Boeing C-17, y los previstos transportes Boeing SST y McDonnell Douglas MD-12, entre otros.
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