Pero qué bonito
es este avión. Me parece uno de
los más guachis que hay: es proporcionado, no demasiado afilado, no
demasiado romo. Sugiere potencia,
pero sin pasarse. Es estilizado pero
sigue teniendo forma y curvas. En suma, uno de los coeficientes
molones más altos, y eso que no tiene motor radial ni es biplano.
Walter
Extra empezó volando veleros,
se pasó a la acrobacia con motor y para
1979 había quedado cuarto en los nacionales de acrobacia alemanes. En 1980 participó en los mundiales con un biplano Pitts S-1E construido por él, donde quedó en el puesto 40 (de 51). Pero
las cosas estaban cambiando: Leo
Loudenslager había ganado con un Laser
200, un avión monoplano basado
en el Stephens Akro, pero
ampliamente modificado.
Arriba, en Santa Cilia (Huesca), 2015. Abajo, cabina de burbuja y
acabado impecable.
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Aunque siguió participando con la Pitts varios años, Herr
Extra decidió que el camino a seguir
en acrobacia eran los monoplanos.
Construyó su propia versión del Laser 200, que voló en 1983 y llamó Extra 230,
y que comenzó la familia de aviones acrobáticos Extra hasta
hoy. Es realmente impresionante la carrera deportiva de este hombre, que compitió de 1978 a 2005, siendo campeón
nacional de Alemania varias veces (incluido su último año en competición
activa, con ¡51 años!). Pero es que además desde
1984 lo hizo en aviones diseñados y construidos por él. Creo que nadie
puede presumir de algo así. Walter Extra sigue siendo a sus 62 años diseñador
jefe de Extra Flugzeugbau y sigue volando...
El RACE utiliza un Extra
200 con decoración clásica para entrenamiento acrobático.
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El Extra 200 se vende como entrenador biplaza acrobático avanzado
y voló por primera vez en 1996.
Deriva del Extra 300 (aunque parezca lo contrario) pero con 200 CV es teóricamente más modestito. Y una leche.
Es un peazo avión acrobático que puede volar como monoplaza en la categoría ilimitada (es decir, hacer
todo tipo de barbaridades áereas). Pero es que además como avioneta sin más te
permite viajar distancias de 1.000 km a 250 km/h disfrutando de la vida,
y si quieres, en invertido...
Este vistoso Extra 200
estaba en la Ferté Alais (Francia) en 2014.
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Suponiendo que tuviera los 250.000 boniatos + IVA para uno nuevo, (o alternativamente ciento y
pico mil de
segunda mano) , que pudiera
mantenerlo, y que pudiera decidirme sobre cómo pintarlo, ¿volaría un Extra 200? Pues... probablemente
no. Aunque objetivamente ofrece más que una Super
Decathlon, al final me gusta más la vertiente de despegue y aterrizaje
cortos y manejo menos crítico de ésta.
En vuelo.
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