domingo, 18 de octubre de 2020

Phantom

Mucho menos conocido y numeroso que su potente sucesor, el primer McDonnell FH-1 Phantom fue sin embargo un avión importante para los yanquis, su primer caza naval a reacción, con el que inició la operación de reactores en portaviones en 1947.

Este Phantom está el el Museo del Aire y del espacio de Washington, y como todos los aviones que están en interior y además en sitios pequeños resulta difícil de fotografiar. Estados Unidos, 2015.


McDonnell era una recién llegada al mundo aeronáutico en 1939, pero pronto se hizo un importante fabricante de componentes con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Además empezó a diseñar algún prototipo prometedor. Suficiente para que la marina se fijara y le encargara un nuevo caza naval con turboreactores de flujo axial

 

El fundador, James McDonnell, le puso Phantom (fantasma) porque con la elevadísima velocidad prevista de 800 km/h iba a "aparecer y desaparecer como una aparición". No sabía hasta qué punto iba a ser así con los sucesivos cazas que desarrolló la firma más adelante. 


El Phantom introdujo una "marca de la casa": los dos reactores gemelos bajo el fuselaje con salida del chorro tras las alas. La configuración se usó en el F2H Banshee, F3H Demon, F-101 Voodoo y (más o menos) en el Phantom II. Vean el gancho de apontaje retráctil bajo la cola.


El Phantom voló a principios de 1945 y por lo demás era más bien normalito: alas rectas y construcción convencional. Pero llevaba dos de los ultramodernos reactores de flujo axial Westinghouse 19XB. Con los más bien magros 500 kilos de empuje que daba cada uno, fue el primer caza naval en superar las previstas (y mágicas) 500 millas por hora (805 km/h). La marina yanqui sólo utilizó 62, pero abrieron el camino para sucesivas generaciones.

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