domingo, 14 de julio de 2019

Shark

El Shark (tiburón), del fabricante eslovaco Shark Aero, muestra bien a qué extremos se está llegando en el diseño y contrucción de aviones ligeros. Se puede comprar en versión ULM (peso máximo de 475 kg, un poco forzados...) o como LSA (600 kilos, que es como probablemente van a terminar los ultraligeros - ya han empezado los alemanes).

Este Shark con matrícula noruega estaba en la feria AERO de 2016. Friedrichshafen, Alemania.

O sea, supuestamente el extremo más sencillo y ligero de la aviación. Ese al que teóricamente se puede acceder con un curso de sólo 15 horas de vuelo y en muchos países, con un reconocimiento de tu médico de cabecera. Y eso te permite ir al mando de un súper-pepino con tren retráctil que puede volar a 300 km/h y que se parece más un entrenador militar moderno que a un avioncito para volar relajadamente con buen tiempo.

Los fabricantes tenían en exhibición un Shark con magtrícula danesa. Resulta curioso que el Shark sea eslovaco, son sus vecinos checos los que más desarrollo han hecho de diseños de aviación ligera. Friedrichshafen, 2016.

El Shark consigue esas fenomenales velocidades sin renunciar a buena maniobrabilidad y poder aterrizar en pistas cortas. Esto es gracias a materiales y técnicas de construcción modernas: está hecho casi por entero en fibra de carbono y panel de abeja de aramida. De hecho, lleva un Rotax 912 de 100 HP de lo más normal, y sin embargo vuela apreciablemente más rápido que la típica avioneta "lata de sardinas" con bastante más potencia...


El piloto trasero está ligeramente por encima del delantero, como en los entrenadores militares modernos. AERO 2017.

El primero voló en 2009 y tiene un aspecto característico, con aletas de tiburón (sobre todo la deriva). Y por otra parte no lo regalan, claro. La cosa empieza en 150.000 mortadelos, pero de manera realista serán más. Y aparte de conseguir la pasta, está claro que se necesita experiencia para volar un chisme así (ni se le ocurra pensar que es suficiente con un curso de ULM), entre otras cosas porque todo sucede muy rápido. Aunque parece que con un entrenamiento adecuado está al alcance de pilotos corrientes.

Esta foto aérea permite comparar el tamaño y el aspecto de 4 aviones ligeros y una avioneta tradicional. Arriba, una Beechcraft Bonanza. En el medio, dos Shark. Los dos de abajo son un Kitfox (blanco y amarillo) y un Alpi Pioneer 300. La Bonanza es claramente la más rápida y puede llevar 6 personas, pero con un motor de 300 HP. AERO 2018.

La aviación siempre ha ido de eso: conseguir un chisme más rápido, más maniobrable, más de todo. Seguro que me gustaría volarlo, pero en cierta manera pienso que ya no está dentro de lo que se busca en la aviación ligera y deportiva: volar de una manera sencilla y asequible por el puro placer.


De nuevo en el stand de la compañía, en AERO 2018 tenían un Shark subido en una estructura metálica que permitía mostrar cómo se plegaba el tren retráctil.

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