En realidad sólo se ha hecho una familia de helicópteros con rotores en tándem que haya tenido éxito: los que inventó el americano Frank Piasecki, que derivaron en los Vertol (posteriormente Boeing). El más conocido es el Boeing Chinook. Los británicos también lo intentaron con este que les muestro, el Bristol Belvedere ("bella vista"), pero la cosa no salió muy bien y sólo se hicieron 26.
En el museo de la Royal Air Force tienen este Belvedere, con denominación oficial Westland Belvedere HC1. Esto porque el gobierno de su majestad había forzado en 1960 la fusión de varias compañias aeronáuticas. Así que Westland compró la división de helicópteros de Bristol y cambió la denominación. Fíjense en el tren alto y desgarbado, y en la forma larga y estrecha del fuselaje. Londres, 2016.
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El ingeniero austriaco Raoul Hafner empezó por idear un helicóptero de transporte en tándem con dos juegos de motor de pistón y rotor de su helicóptero anterior, el Bristol Sycamore. No se dice en ninguna parte, pero parece evidente la influencia de Piasecki. El primer Bristol Type 173 voló en 1952. Se hicieron unos pocos prototipos y la marina británica se interesó, pero finalmente optó por el Westland Wessex.
Otra rareza: el estabilizador de cola. Este Belvedere estuvo en Singapur, Borneo, Aden y de nuevo Singapur, donde fue de los últimos en volar, alcanzando casi su vida límite.
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La Royal Air Force en cambio sí que picó con un derivado del 173, propulsado por dos de las nuevas turbinas de gas Napier Gazelle: este fue el Bristol Type 192 Belvedere. Voló en 1958 y fue el primer helicóptero pesado que utilizaron.
En el Helicopter Museum tienen este Belvedere en restauración. Weston-super-Mare, Inglaterra, 2018.
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Es fácil decirlo ahora, pero el Belvedere podía haber sido mucho mejor. El fallo principal era que los motores estaban dentro de la cabina, uno en cada extremo, situados debajo de cada rotor. Esto impedía poner una gran puerta trasera, como sí que tenían los Vertol. Además el fuselaje era estrecho y estaba montado en un zancudo tren de aterrizaje (heredado de la versión para la marina, que querían que llevara torpedos entre las patas). Esto hacía que el suelo estuviera altísimo y por si fuera poco inclinado. Todo ello no muy recomendable para un helicóptero de transporte.
Y además tienen la sección de morro de otro Belvedere. Vean que detrás de la cabina de los pilotos el fuselaje está abultado: es una estrecha zona de paso a un lado del motor de delante.
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Los británicos lo utilizaron con cierto éxito en varios fregaos entre 1961 y 1969 (Singapur, Adén). Sin embargo, el helicóptero era difícil de manejar, propenso a fallos (varios se perdieron en accidentes) y para terminar tenía una vida limitada a sólo 1.700 horas. No les extrañará que intentaran reemplazarlo por el Boeing Chinook en 1967, aunque no lo conseguirían hasta 1980.
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