lunes, 28 de diciembre de 2020

Flying Boxcar

El Fairchild C-119 Flying Boxcar es un transporte bimotor de 1947. Aunque por dentro es más pequeño que un vagón de carga cerrado de tren (para los yanquis boxcar), realmente tiene mucho sitio: el cajón interior mide 11,25 metros de largo, 2,8 de ancho y 2,4 de alto. Eso da, según el manual de vuelo, para llevar blindados ligeros, 64 soldaditos o lo que Vds. quieran, hasta 12 toneladas.


En el Museo de la US Air Force tienen el C-119 J 037. Fue el primer avión en recoger en vuelo un objeto que venía del espacio exterior, en 1960. La serie J era una conversión de las series F/G con puertas traseras que se podían abrir en vuelo y equipo especial para recoger objetos en el aire. Dayton, USA, 2019.


El avión es un rediseño del anterior Fairchild C-82 Packet. Como casi siempre se pusieron motores más potentes (dos enormes Pratt Whitney Wasp Major de 3.500 HP, con 28 cilindros en 4 estrellas), y se mejoraron el espacio y la capacidad de carga. El nuevo avión se usó en la Guerra de Corea y después en la de Vietnam (como transportes y también como cañonerospor la escasez de Hercules).


El alcance era de hasta 2.850 km, pero con una carga de sólo 2,5 toneladas. Con más carga, menos kilómetros. La velocidad de vuelo eran unos modestos 320 km/h de crucero. A cambio, podía operar de pistas muy pequeñas, de sólo 600 metros.


Los militares yanquis los volaron por todo el mundo, haciendo también algunas cosas raras. Por ejemplo, recoger satélites en vuelo. Se sacaban por las puertas traseras dos largas pertigas a cada lado, unidas por cables horizontales, que colgaban del avión a unos 45º. Luego era cuestión de pasar por encima del satélite en descenso para atrapar el paracaídas del que colgaba. Tras enganchar la "seta" se recogía el invento y se recuperaba el satélite.


Vean el aparejo para recuperar satélites. Las dos pértigas amarillas se sacaban por la puerta trasera en vuelo para atrapar el paracaídas del que colgaba el satélite en descenso. No siempre se acertaba a la primera.


Se fabricaron 1.183 de estos aviones, lo cual es muchísimo. Y eso que más bien daban la tira problemas, especialmente de mantenimiento, pero también operativos. Por ejemplo, un tipo de hélices se delaminaba, y otro se "desbocaba" pasándose de vueltas. Pero la capacidad de carga y la versatilidad les hacían muy útiles. Varios países los utilizaron, algunas en grandes cantidades (Taiwan 114, India 79, Bélgica e Italia 40, Canadá 35...). Los militares yanquis dejaron de volarlos en los 70, pero algunos países mucho más tarde.


Los transportes militares modernos son mucho más grandes, pero sigue siendo un peazo de avión: 33 metros de envergadura, 26 de largo, y 33.500 kilos máximo al despegue.


Como otros transportes militares, muchos siguieron en manos civiles como apagafuegos y transportes. Varios accidentes llevaron a dejarlos en tierra en 1987, momento en que se puso en marcha una bonita estafa. Había que reemplazar los aviones, por lo que se pensó en intercambiarlos por Hercules y Orion almacenados. Alguno se llenó los bolsillos. También gracias a eso quedan un montón en museos.


En el Museo de la Fuerza Aérea Belga tienen un C-119 G construido para la USAF en 1953 que fue adquirido de segunda mano por los belgas en 1960. Bruselas, 1993.



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