¿Qué avión elegirían Vds. para ir de Madagascar a Francia? Thierry Barbier lo hizo en 2000-2001 en un Skyranger (nada que ver con una avioneta yanqui previa), al que previamente se había acostumbrado paseándose por la isla. Y siguió haciendo viajes impresionantes, hasta que se le acabó la suerte. Pero si tienen un rato, vean la descripción del vuelo.
El Skyranger de Barbier colgado en el techo de Aeroscopia. Toulouse (Francia) 2015.
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Es difícil no quedarse fascinado: volar sobre las Comores y Zanzíbar, ver bichos salvajes al lado del Kilimanjaro, volar sobre el Lago Turkana y las cataratas Victoria. Una tormenta que te deja el avión patas arriba en Zambia y repáralo para estrellarte en el delta del Okavango, por un tornillo suelto en el elevador (le salvó el paracaídas balístico). El avión sobrevivió a ambas desgracias con pocos daños y reparables. Y eso es solo la primera parte, lean la segunda. O sus otros viajes, qué tipo tan maravillosamente inquieto.
Qué bien se está a la sombra. En la muy digna muestra áerea de Somontaire, en el pequeño aeródromo de Barbastro (Huesca), 2003.
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El Best Off Aircraft Skyranger es un ultraligero francés de segunda generación que lleva en el mercado desde 1990 y del que se han hecho más de 1.300. Está hecho de tubo y tela pero tiene pinta de avión de verdad, aunque cuadradote y crudo. Tiene buena fama y por algo será. Nada tiene que ver con la avioneta ligera americana del mismo nombre.
La idea del creador, Philippe Prevot, era hacer un avión robusto y sencillo que cualquiera pudiera montar y reparar. La estructura está hecha de tubos de aluminio rectos y atornillados. Aunque al principio llevó motores más modestos, ahora lo venden con el omnipresente Rotax 912. Vuela a 120 - 150 km/h, entra y sale de pistas de menos de 200 metros y seguro que será divertido (y al parecer muy ruidoso).
El EC-GN3 en el aeródromo de Lérida-Alfés en 2014.
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La pinta y características son muy parecidas al americano Rans S-6 Coyote II. El Coyote tiene la caja central del fuselaje de tubo de acero soldado, pero por lo demás es muy similar. Y aunque no tengan nada que ver, cuesta distinguirlos: el detalle característico es que los montantes de las alas se juntan detras de la puerta en el Skyranger y delante en el Coyote II.
Best Off Aviation (menudo nombre para una empresa francesa) mostraba en la feria AERO la sencillez de la estructura del Skyranger. Friedrichshafen, Alemania, 2017.
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Según la versión, lo que le pongas y el motor, la cosa puede empezar en unos 35.000 boniatos. Que es una pasta, pero hay veces que me gustaría hacer un viaje, aunque solo fuera la décima parte de impresionante que la aventura africana de Monsieur Barbier.
Arriba, un cielo prometedor en el Pirineo. La versión Swift tiene puntas alares especiales. En Mediano, 2019. Abajo, una rara avis en Oshkosh. |
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