Una tarde de verano de julio de 2018, después de ver en tierra y luego volando un porrón de aviones históricos de la colección Shuttleworth, le tocó el turno al triplano Roe IV. El día había sido caluroso, incluso para el sur de Inglaterra. El sol se había puesto y en ese ratito en que todavía no se hace oscuro había una calma general. Todavía había mucha gente disfrutando del show, pero la tranquilidad parecía abarcar todo.
La réplica "moderna" - tiene 60 años (¡!) se construyó para una película en el Hampshire Aeroplane Club a partir de planos originales que conservaba el hijo de Alliott Verdon Roe. Lleva un motor Cirrus de 90 HP, que no es original, pero que también es antiquísimo. Old Warden Aerodrome, Inglaterra, 2018. |
Después de ver la tira de joyas originales, la réplica de 1964 parecía que no podía impresionar ya mucho. Pues lo hizo. Sin hacer mucho ruido, el cacharro, construido para una película que no pueden dejar de ver si les gustan los aviones, despegó despacito y muy tranquilamente se paseó por los aires. Sin prisa. Disfrutando de la apacible atmósfera. Como si ná. Me encantó.
Después de unos comienzos más bien titubeantes y frágiles, Alliott Verdon Roe empezaba a dominar aquello. Su quinto avión (el que sea IV añade algo de confusión, es que hubo en realidad dos Roe I, el biplano y el triplano) fue el último de los diseños primitivos o realmente precursores. Tenía ya un motor de potencia razonable (35 HP), por primera vez tenía una cola "normal" y aunque seguía teniendo un mando de alabeo por torsión alar volaba razonablemente bien. Se usó como entrenador entre septiembre de 1910 y agosto de 1911. Muchos pilotos aprendieron a volar en él, en el famoso circuito de Brooklands. Y muchos terminando en las balsas de aguas residuales próximas, como recrea la película.
Incluso con 90 HP (el original tenía 35 HP) la réplica vuela como mucho a unos 40 km/h. El avión es realmente majestuoso. Vean el lío de cables. |
Unos pocos meses después volaría su Avro tipo 500, que fue su primer avión "normal" y que iniciaba un diseño que dominaría la aviación durante veinte años: el biplano con motor tirando. Su sucesor directo se convirtió en el primer avión de éxito, del que se hicieron miles, y contribuyó decisivamente a normalizar las cosas que vuelan. Así que creo que hay que mirar con bastante respeto a este chisme trasnochado, frágil y raro.
Si la paciencia se mide por ejemplo en años, voy bien servido: esta foto es de 1993. Tardé sólo 25 años en ver volar los aviones de esta colección única. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario