martes, 6 de agosto de 2024

Airphibian

El esfuerzo, sobre todo yanqui, para hacer coches que vuelen impresiona, y no parece que se cansen incluso hoy. Sigo pensando que no tienen ningún sentido. Pero el hecho es que gente muy inteligente e imaginativa, como Robert Fulton, se sentían frustrados en los años 40. Fulton tenía un Luscombe y volaba con comodidad y rapidez a un montón de aeropuertos, pero una vez allí era difícil llegar al centro de las ciudades.

 

El Airphibian en el Centro Udvar-Hazy del Museo del Aire y del Espacio. La parte avión se dejaba en el aeródromo con 3 ruedas plegables, supongo que muy atada al suelo. Vean la pala de la hélice que se desmontaba y se dejaba colgada del lateral derecho del fuselaje. Washington, USA, 2015.

 

La aparente solución era hacer un coche-avión. Al llegar al aeropuerto se soltaban alas y cola, se desmontaba la hélice, y con un embrague que daba tracción a las ruedas traseras, te ibas tranquilamente por carretera donde fuera. El chisme voló en 1947, con el curioso  pero apropiado nombre de Airphibian (el anfibio del aire). Los sucesivos prototipos probaron a lo largo de más de 300.000 kilómetros por tierra y 6.000 conversiones de coche a avión y al revés que la cosa era factible. Luego se hizo una conversión cada 50 kilómetros (¡!). No sé cuánto volaron como avión.

 

La parte coche era muy poco coche y mucho avión: el motor estaba delante y movía las ruedas de atrás con una transmisión supongo que complicada. Ahora, el personal debía alucinar al ver aquello moverse por las calles.

 

De nuevo se hizo evidente lo que entiendo que es obvio: aquello era un lío. Caro, complicado y sin ventajas reales. Como avión, tenías un aparato mediocre que con un motor de 165 HP conseguía llevar dos personas a unos lánguidos 180 km/h. Y como coche con suerte llegabas a los 90 km/h. Costaba un congo. Y la trabajera de quitar y poner la parte voladora no era realmente práctica. Se construyeron tres prototipos y no está claro si uno o hasta 8 modelos de producción sin tener en realidad ninguna repercusión.

 

Fulton fue realmente un tipo con ideas originales. Le debemos una muy curiosa: el sistema de recogida en vuelo mediante gancho: antes de la puesta en servicio de los helicópteros de rescate, hizo posible "enganchar" literalmente en vuelo y llevarte por los aires, desde personas a barcas (¡!).  No es algo que me gustaría probar.

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