Si cuentas con mucho tiempo y
dinero, te puedes plantear hacer una restauración
de un avión histórico. Si tienes todavía más de ambas cosas, y no existen los planos originales, puedes
aprovechar para hacer además una réplica
exacta. Ya puestos, que vuele. Y si además resulta que le pones un motor auténtico de la época, ya es directamente la leche.
La réplica del LVG C.VI en la colección de la Ferté Alais. Francia,
2014.
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Bien, pues el Museo del Aire y del Espacio de París
tiene (aunque no figura en su
página) uno de los tres LVG
C.VI originales que existen. Hicieron una restauración a fondo, que
implicó desmontar el avión por entero. A partir de ahí se pudo medir y replicar pieza por
pieza para construir un segundo avión gemelo y nuevo. Al que le pusieron un motor Benz original. Vean
el resultado.
El motor tiene 6 cilindros y un característico escape en forma de
"chimenea". Necesita una enorme cilindrada de más de 18 litros para
dar 200 CV, con un sonido grave y ronco.
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LVG viene de
Luft-Verkehrs-Gesellschaft, y significa símplemente "compañía aérea".
Y C.VI es porque es un desarrollo del caza anterior C.V de un tal Willy
Sabersky-Mussigbrodt. El nuevo avión voló en 1917 y al parecer era bueno en una variedad de tareas, desde
observación para la artillería a bombardear y ametrallar trincheras o
defenderse de los cazas... cosa que no impidió la derrota de Alemania.
Pintado con el aspecto que tenía el original en septiembre de 2018.
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Pero creo que lo que más les
gustaba a los que lo volaban era que llevaban trajes con calefacción y paracaídas,
de los primeros en hacerlo.
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