Aunque hubo gente que probó el vuelo a vela antes (Lilienthal, los
Wright, el Club Darmstadt), como deporte el
origen está muy definido: fue en las competiciones de la Wasserkuppe (Alemania) de 1920-22.
A la primera Wasserkuppe de 1920 acudieron sobre todo una banda de iluminaos. De
los aproximadamente 10 aparatos que consiguieron volar, la mayoría lo hicieron
solo una vez, con desastrosos resultados. Sin embargo, el biplano
de Willy Pelzner lo consiguió al
menos 16 veces. El vuelo más largo fue de 452 metros (¡!). Deténgase un momento a pensar que por aquel
entonces la aviación estaba desarrollada: había pasado la Primera Guerra
Mundial y entre otras cosas se había
cruzado el Atlántico.
El biplano de Pelzner estaba
hecho de madera arriostrada por cables y
cubierto en papel encerado. Medía sólo 5,4 metros de envergadura y pesaba
unos 10-15 kg. Después de cada vuelo había que subirlo penosamente al punto de
despegue y ajustar individualmente los cables. En el momento oportuno, había
que cargar con el chisme, salir corriendo ladera abajo, despegar y volar
maniobrando por desplazamiento del peso
del cuerpo.
Y hoy en día nos quejamos cuando
la remolcadora nos deja en un sitio en que no se sube.
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