Inevitablemente, este chisme me
parece un aeromodelo grandote y un
poco feo. Pero resulta que es algo más serio. El AAI
RQ-7 Shadow es un UAV o dron o
vehículo aéreo "sin persona", que lo define mejor que "no
tripulado", ya que lo están. En la práctica es un avioncito radiocontrolado monomotor de hélice muy chico (mide 4,3 m
de envergadura, pesa unos mínimos 170 kg, y se pasea por los aires a unos 130
km/h), que se ha convertido en el sistema de
vigilancia y reconocimiento estándar del ejército y los marines
yanquis, además de otros.
El Shadow lleva un motor
Wankel de 38 HP y puede estar horas en el aire, de día y de noche, aunque
no con mal tiempo. Museo del Aire y del Espacio, Washington, USA, 2015.
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En la torreta bajo el morro lleva el sistema
de cámaras electro-óptico y de infrarojos, que está giroestabilizado y conectado con su estación de control, que forma parte de un conjunto móvil en camiones todo-terreno. El avión se lanza desde
una catapulta móvil y se recoge automáticamente en una
mini-pista con cables, como si tomara en un portaviones. Un equipo de 22 personas puede manejar todo el sistema con 4
Shadows.
Los 750.000 dolores que cuesta cada chisme son un fajo para un
aeromodelo, pero no mucho para un sistema de reconocimiento ultramoderno.
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Los yanquis lo llevan usando
desde 2002, por ejemplo en Iraq y Afghanistan. Y aunque también está
previsto como designador de blancos por láser e incluso para tirar pepinos
explosivos, parece que su verdadero valor es ser los ojos del ejército, con menos coste y riesgo que un avión
tripulado.
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