domingo, 1 de octubre de 2017

DG-300

Wilhem Dirks, el diseñador de la firma Glaser-Dirks, proyectó un nuevo velero de clase estándar en 1983, el DG-300. Quería mejorar su primer velero, el DG-100 de 1974. Para eso adoptó el ala de un velero de una compañía rival: Glasflügel pensaba construir el nuevo Hansjörg Streifeneder Falcon, pero fue a la bancarrota. 

R vuela por primera vez el DG-300 Elan. Santa Cilia, 2022.
 

Dirks se basó en el ala del Falcon y utilizó una idea muy original: los turbuladores soplados. Se trata de soplar aire por unos 900 agujeros de unos 0,6 mm de diámetro que están a todo lo largo de las alas, en un punto muy concreto del intradós, cerca del borde fuga. La teoría es que fuerzan la transición del flujo laminar a turbulento en ese punto y disminuye la resistencia. El aire se obtiene de una toma pitot en cada plano, también en el intradós, que está un poco por delante de ese punto, donde comienza cada alerón.

 

Acabamos de comprar para el Club dos DG-300. Uno es un DG-300 Elan. Vean justo donde empieza el alerón la pequeña toma pitot para dar aire a los turbuladores soplados. Los diminutos agujeros están repartidos en esa posición por todo el intradós. Santa Cilia, 2021.

 

La práctica es que por una parte los agujerines tienden a taparse (bichos, tierra, cera...) y por otra tampoco son una ventaja decisiva. Aunque parece que la competencia (Schempp-Hirth Discus y Rolladen Schneider LS-4) vuelan más, especialmente a velocidades altas. Es más, hay versiones Club del propio DG-300 que no llevan los turbuladores soplados, y con unos turbuladores normalitos en zig-zag consiguen prácticamente lo mismo.

 


El otro es un DG-300 Club Elan, pero que tiene tren retráctil. 

Arriba recién revisado tras pasarse muchos años sin volar en su remolque.

Abajo. Vean el grueso perfil. Los turbuladores en zig-zag sustituyen a los soplados en esta versión. Están aproximadamente en el mismo lugar donde tiene los pequeños agujeros la versión Elan. Santa Cilia, 2021.

 

Dirks mantuvo el fuselaje del DG-100 (un par de centímetros más ancho) con la característica cabina "transparente total" pero con una cola diferente, y a partir de 1983 comenzó la producción en Eslovenia por Elan (ni siquiera el prototipo se construyó en Alemania). Las versiones eran DG-300 Elan (la guay con turbuladores), Elan Acro (reforzado para acrobacia), Elan Club (inicialmente con tren fijo y sin turbuladores soplados, aunque también se han hecho con tren retráctil) y Elan Club Acro (Club reforzado para acrobacia).


Un DG 300 Elan con winglets en el aeródromo de Santo Tomé del Puerto, Segovia, 2007.

 

Las versiones acrobáticas se vendieron poco (sólo 42 construidas, 7 de ellas Club), y en todo caso no se permite la acrobacia desde que salió una directiva en 2007 por defectos en los largueros de fibra de carbono. Finalmente, Elan lanzó una versión mejorada DG-303 Elan con un perfil modificado y posibilidad de llevar winglets, también en las 4 versiones. Sobre el papel, mejoraba a 1:44 y 0,53 m/s. 

 

Un DG-300 Elan con winglets. Luchon, Francia, 2021.

 

Lo de que vuela menos que la competencia es más bien relativo. Es un peazo de velero al que le han medido un planeo real de 1:42 (aunque eso sí, pulido, con todos los agujeros limpios, todas las cintas de sellado cuidadosamente puestas, etc.) y un descenso mínimo de 0,59 m/s a 78 km/h. Puede llevar agua (130/190 litros según versiones) para mejorar la velocidad en días buenos.

 

Haciendo la revisión a un DG-300 Elan. Santa Cilia, 2021.

 

Sobre todo, según los que lo han volado es un agrado de avión. Es cómodo, maniobrable, sube bien en las térmicas, tiene una visibilidad estupenda y los frenos son potentes. Incluso en las versiones Club puedes contar con un planeo más que razonable, cerca de 1:40 real. Además se monta y desmonta con facilidad gracias al peso relativamente bajo y las conexiones automáticas de los mandos. Por algo será que hicieron nada menos que 511 hasta 2005, más de 20 años en fabricación.

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