Cuando se para uno de los motores en un avión bimotor pasan al menos 3
cosas. 1) Al piloto le da una alferecía.
2) Se queda sin la mitad de la potencia,
puede subir poco... o menos todavía. 3) El avión tiende a inclinarse y a girar hacia el motor parado. Y además, 4) si eso
ocurre por debajo de una velocidad crítica (VMC: velocidad mínima de control),
no tienes capacidad de mando para corregirlo. Así que mal rollo.
Cessna pensó que para evitar al menos 3) y 4) podía hacer un
bimotor con los motores uno tirando y
otro empujando, en lugar de ponerlos como es habitual en las alas (de ahí
lo de push-pull, aunque el cachondeo
se extendió a puff-suck-blow y otros). La primera Cessna
336 Skymaster voló en 1961 y
tiene un aspecto de lo más característico.
La primera Skymaster que vi aparcada al raso en Villanubla, 1980. Me
pareció un avión de lo más original. Es un modelo 337 F fabricado por Reims /
Cessna en Francia y sigue volando con la Sociedad Aeronáutica Peninsular en la
actualidad.
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Cessna no inventó esta
disposición: se han hecho aviones con motores así desde la Primera Guerra
Mundial. Pero por una variedad de motivos en general no han tenido mucho éxito.
A Cessna sin embargo le fue bien: fabricó casi 3.000 hasta 1982, por algo será.
Arriba y centro arriba. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos evaluó en 1967 el avión y lo vio mejor que la Cessna O-1 Bird Dog para Vietnam como avión de observación y señalización de blancos (O-2). La tarea era bastante ingrata, había que volar muy bajo y tirar cohetes fumígenos desde los lanzadores de las alas, mientras todo el mundo te disparaba. Con los años muchas han pasado a manos privadas y restauradas como "warbirds". Las dos son modelos O-2A Super Skymaster de 1968 ex USAF. Oshkosh, USA, 2019. Centro abajo, en el museo de la USAF tienen otra. Vean las puertas especiales con dos paneles transparentes para aumentar la visibilidad. USA, 2019. Abajo. Este modelo 337 D americana no se hizo para los militares ni es una versión (más común a este lado del charco) fabricada por Reims - Cessna. Pero está decorada como las de Vietnam. Ahora está preservada en el Museo Aeroscopia de Toulouse. Francia, 2015. |
Tiene fervientes defensores
y detractores.
Por una parte, el propósito original se consiguió: cuando te quedas sin un
motor - y ha pasado muchas
veces - el avión sigue volando recto y no hay velocidades críticas de
control. Simplemente pasas de bimotor
ligero a monomotor pesado... pero es menos delicado que en un bimotor
típico. De hecho, la Skymaster tiene una certificación de bimotor propia, que no te permite volar en avionetas
con dos motores en las alas.
Ahora, el avión está muy lejos de ser perfecto:
por ponerle algunas pegas, imagínense la complicación
de los mandos de cola. En un avión con la cola en la parte de atrás del
fuselaje, los cables de la dirección van casi directos de los pedales al timón.
En la Skymaster... dan unas cuantas vueltas, con el aumento de juegos y
reenvíos a revisar.
El montar los dos motores en el fuselaje también
tiene sus propios problemas. La
hélice de atrás trabaja en aire turbulento procedente de la hélice anterior, por
lo que disminuye el rendimiento, al 85% o menos. Los pasajeros están rodeados
de motores, el ruido es mayor. En caso de accidente, tener una cosa que quema y
pesa 150 kilos pegada a la espalda no es tranquilizador. Finalmente, todos los
sistemas de los motores están metidos en muy poco espacio: el avión tiene fama
de ser complicado (y caro) de mantener.
Y además, en definitiva no es mucho mejor que otros bimotores similares. Lleva
dos motores de 210 caballos, y puede llevar 6 personas a unos 300 km/h a unos
1.500 km. Que por otra parte, ¡no está
nada mal! Sigue habiendo muchas,
que no cuestan mucho de comprar - otra cosa es de mantener. Y hay hasta asociación específica y vendedores especializados.
Eso sí: ver una y reconocerla
está tirao.
Del montonazo de Skymaster fabricadas, creo que la que se guarda en un hangar más espectacular es la de Red Bull. N991DM es una 337D Super Skymaster de 1969 y convive como pueden ver con coches de fórmula 1, cazas de la segunda guerra mundial y entrenadores militares, entre otros caros juguetes. En el famoso Hangar 7 de Red Bull en Salzburgo. Austria, 2021. |
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