De todas la Piper, la PA-42 Cheyenne es la más grande y compleja, pensada en su momento para competir con la Beechcraft King Air y en un pulso aeronáutico curioso, para ofrecer más que las Cessna Citation, pero en turbohélice. Piper rehusó meterse en la carrera de los reactores. Es un bimotor capaz de llevar 1-2 pilotos y hasta 9 pasajeros que voló por primera vez en 1979 y que todavía hoy impresiona por sus prestaciones.
N400ER es una Cheyenne 400LS de 1985, la más potente de todas, con dos turbohélices de 1.000 HP TPE331. En Friedrichshaven (Alemania), 2018.
La Cheyenne (por una tribu india americana) es un desarrollo de la Piper PA-31T Cheyenne, que a su vez deriva de la PA-31 Navajo. ¿Le debería haber ido mejor? Puede. Pero se han hecho más de 7.000 King Air y Super King Air, y sólo 192 Cheyenne. En general no consiguió convencer a los ricos clientes que eran su objetivo. Esto más bien no se debe a que sea un avión malo. Pa nada. Una Cheyenne 400 puede volar en crucero a más de 600 km/h (¡!), con un alcance de más de 4.000 km, lo que la pone en territorio reactor. Consumiendo un tercio menos.
N400ER despegando de Friedrichshaven.
Parece que Piper simplemente no le fue bien en esos años 80. Los críticos la ponen peor que el producto Beechcraft. Pero eso puede que sea debido a la falta de desarrollo. Si quieren comprar una Cheyenne hoy todavía valen una pasta. Probablemente lo sensato sea hacerse con una King Air. Pero estos chismes más raros también molan.
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