A Grumman le había ido bien con sus anfibios Goose y Widgeon. Cuando el fin de la Segunda Guerra Mundial estaba próximo, decidieron hacer un nuevo avión anfibio, el Grumman G-73 Mallard (ánade real, aunque para Vd. y para mi sea un simple pato, siguiendo la tradición). Aunque lo pensaron como avión de línea para 10 pasajeros en zonas costeras, el Mallard se convirtió en realidad en un avión de transporte ejecutivo estupendo para los muy ricos. El primero voló en 1946.
N1888T es el número J-31 de serie, de 1947. Empezó en la Standard Oil y tuvo una variedad de dueños hasta la actualidad. De camping en Oshkosh, USA, 2019. |
El avión era realmente una gozada para los que se lo podían permitir. En una época en la que el mundo había salido de una guerra, el lujo y las prestaciones eran simplemente impresionantes. Empezando por la posibilidad de tomar en el agua y en tierra, es decir, de ir a sitios realmente diferentes. Pero también porque los dos motores radiales Pratt & Whitney R-1340 Wasp de 600 HP le permitían volar a 300 km/h en crucero y la cabina era un lujo de espacio y comodidad para hasta 10 personas.
El avión es bonito, funcional y clásico. Me gustan los motores radiales. |
Sólo se construyeron 59 Mallards entre 1946 y 1951. El mundo estaba cambiando rápidamente. Entre otras cosas cada vez había más aeródromos y el avión "todo terreno" estaba dejando de ser interesante. Pero no quita para que durante años los Mallard volaran en sitios muy curiosos de todo el mundo, incluyendo el Caribe, América del sur, Tahití, Egipto (como aviones personales del rey Farouk), Indonesia, Canadá, Nueva Guinea y otros exóticos lugares.
Con los años, una conversión lógica (y cara) consistía en sustituir los radiales de gasolina por turbohélices Pratt & Whitney Canada PT6A. Aparentemente, siguen haciéndolo. Aunque dicen que te construyen uno nuevo, parece más sencillo comprar un Mallard antiguo (parece increíble, pero hay más de uno a la venta) y volar. O modernizarlo. El avión lleva una tonelada más, es más rápido y para algunos hace todavía más bonito "el mejor avión anfibio construido".
A mi francamente me gustaría volar en uno original con los motores de gasolina. Nada como unos sedientos, enormes y trasnochados motores de 9 cilindros y 22 litros. De mediados de los años 20, nada menos. El del T-6 y otros muchísimos aviones.
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