martes, 16 de noviembre de 2021

HondaJet

El gigante multinacional Honda se considera a sí mismo como un fabricante de motores. Es de hecho el primer fabricante de motores de combustión interna del mundo (fundamentalmente de pistón, y para todo tipo de chismes), y también el primero de motos. Fabrica también coches (aquí "sólo" es el 8º). A finales de los años 80 Honda empezó con los aviones y finalmente en 2006 creó una división yanqui que fabrica el HondaJet, un pequeño reactor de negocios para 7-8 personas, que voló por primera vez en 2003.

¿Para qué sirve un HondaJet? Para llevar normalmente 6 personas (pueden ser hasta 8) a algo menos de 800 km/h en viajes de hasta 2.500 km (por ejemplo, de Huesca a Heraklion en Creta hay 2.300 y serían unas 3 horas), y todo esto gastando menos combustible que la competencia. Friedrichshafen, Alemania, 2016.


En esta categoría de reactores muy ligeros (very light jet) hay muchos candidatos, pero pocos que hayan conseguido vender sus aviones. Los aparentes líderes son los yanquis de Cessna, con su Citation Jet (si cuentas además el Citation Mustang, algo más pequeño, que se dejó de hacer en 2017). A los brasileros no les va mal con el Embraer Phenom 100. Otros yanquis, los del Cirrus Vision Jet, también están vendiendo aviones. Pero eso es todo: muchos han desaparecido (como los Eclipse) o les está costando entrar.


Al año siguiente tenían este avión registrado en el paraíso fiscal de la Isla de Man. Friedrichshafen, Alemania, 2017.


¿Por qué es tan interesante meterse en este mercado? Según los años, se venden nuevos unos poquitos: desde 60 los años malos a casi 300 los buenos, por entre 3 y algo más de 5 millones de dolores cada uno. Aparte de que obviamente es una pasta, es un segmento tecnológico que te da la llave para los siguientes escalones de estos carísimos juguetes. Y en general para la aviación, claro.



Arriba y abajo, vean la curiosa manera de montar los motores en las alas. Esto libera la cabina de las estructuras necesarias.


Creo que en Honda lo tienen claro. Y es que además han hecho un avión estupendo (y bonito), con varias características innovadoras. Respecto a la construcción, el fuselaje está hecho de materiales compuestos, y cada ala se hace de una única pieza de aluminio (¡!). Lo que más llama la atención es que los motores están puestos en pilones sobre las alas (como el VFW-Fokker 614 de los años 70), pero al parecer han conseguido solucionar la compleja aerodinámica de hacerlo así. Los motores turbofan GE Honda HF120 de 910 kilos de empuje son nuevos. Nominalmente son del gigante General Electric y de Honda, pero me parece que hay más ingeniería japonesa que yanqui, ya que el prototipo previo era japonés.


En 2018 le tocaba a otro paraíso fiscal (San Marino). Carreteando para despegar. Friedrichshafen, Alemania, 2018.


Todo esto ha sido un esfuerzo enorme para Honda, claro. Una figura central ha sido su ingeniero jefe Michimasa Fujino, que ha trabajado en las fases previas desde 1986 (se hicieron dos aviones de investigación previos) y es el responsable de la configuración general del avión. Vaya Vd. a saber lo que han invertido (se dice que hasta 1.500-2.000 millones), pero lo cierto es que en estos momentos el avión se está fabricando a buen ritmo en una fábrica nueva y pasa por ser de lo mejorcito del sector. Sus planes son hacer 100 al año (¡!).


El mismo avión meses más tarde en el Farnborough Air Show. Inglaterra, 2018.


Ya está prevista una nueva versión, el HondaJet 2600, de hasta 11 personas (que supera la categoría muy ligera, estará en la de ligeros o media). A que no se lo esperaban. 


El HondaJet Elite es una actualización del avión que voló en 2018. Tiene mejoras de detalle, más alcance, menos peso y más carga. Oshkosh, USA, 2019.

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