viernes, 9 de abril de 2021

Antonov An-22

El Antonov An-22 es un avión enorme. Cuando apareció en público en el Show de París, en 1965, era con mucho el avión más grande del mundo. Los soviéticos le pusieron apropiadamente Anteo, uno de los gigantes mitológicos. La OTAN le puso "Cock" (en su nomenclatura, un nombre con c de cargo, transporte). Que quiere decir gallo, grifo, y también vulgarmente polla... no creo que fuera al azar.


En el Museo técnico de Espira tienen un Antonov 22 que vino en vuelo en 1999 desde Kiev y tomó en los no muy largos 1300 m de pista del pequeño aeropuerto. Vean el tamaño comparado con el helicóptero que tiene detrás (un Mil Mi-8, de los que caben dos dentro...) o con las dos personas que están debajo. Alemania, 2019.


El nuevo avión estaba pensado para el transporte estratégico, permitía llevar cargas de hasta 100 toneladas (¡!). Mide casi 65 metros de envergadura, 58 de largo, pesa vacío unas 114 toneladas y puede despegar con 250 (¡!). Tiene un espacio de carga de 33 metros de largo donde se pueden llevar por ejemplo 4 blindados anfibios. O un par de helicópteros Mil Mi-8. O un misil nuclear. Y tiene un tren de aterrizaje pensado para operar en pistas malas y cortas. En su momento consiguió un montón de récords.

 

Dos gigantes. A la izquierda, un Jumbo. Me encanta este museo porque muchos aviones están "en el aire".


Los motores son 4 turbohélices Kuznetsov de 15.000 HP (¡!) con dos enormes hélices contrarotativas cada uno. Recórds aparte, de manera más realista, con combustible máximo y 45 toneladas de carga (¡!) puede volar hasta a 11.000 kilómetros de distancia a unos 600 km/h. Por ejemplo, de Moscú a Angola "sólo" hay 7.500 (¡!). Es decir, los ruskis a finales de los 60 consiguieron una capacidad de transporte militar impresionante, que no tenían los yanquis.



Arriba, vista anterior. Vean el morro acristalado típico de los transportes soviéticos y el radar bajo el morro. El tren principal lleva tres grupos de dos ruedas a cada lado. Abajo, vista posterior. La rampa trasera permite cargar y descargar rapidamente y también lanzar paracaidistas o cargas en vuelo.


Hagamos odiosas comparaciones con aviones capitalistas de su época. El Douglas Cargomaster se queda en poco más de la mitad, con un peso al despegue máximo de 130 toneladas. Un Short Belfast todavía menos, 104. Y un Lockheed Hercules es un mosquito, que "sólo" puede despegar con 70 toneladas. Curiosamente fue Hercules quien luchó con Anteo y lo venció... Y bueno, se han hecho más de 2.500 Hercules y sólo 69 Antonov 22. Los yanquis introdujeron el Lockheed C-5 Galaxy en los 70, quitándole a los rusos el cetro de tener el avión más grande. Pero ya era otra liga con enormes turboreactores y alas en flecha.


El turbohélice de 15.000 HP Kuznetsov NK-12 es el más potente que ha entrado en servicio en la historia. Se ha usado también para los imponentes bombarderos Tupolev 95 y sus derivados. Las hélices tienen más de 6 metros de diámetro.


El avión me encanta. Mas allá de las apabullantes cifras me parece un fenomenal logro de ingeniería, y además lo veo estilizado y funcional. Me gustan las larguísimas alas "de velero", con poca superficie y mucho alargamiento. La carga alar es elevada, pero consigue entrar en pistas cortas gracias a unos grandes flaps.


El compartimento de carga. Hay dos grúas montadas sobre rieles en el techo.


Todo el mundo habla de que el avión es un desarrollo del Antonov 12, pero creo que eso es una simplificación. Los gigantescos aviones se repartieron entre los militares y Aeroflot, pero parece claro que estos últimos estaban bajo control militar y aprovechaban las ventajas de ser "civiles". Como es lógico, tanto soviéticos como posteriormente rusos los han empleado en todos sus fregaos desde finales de los 60, incluyendo la invasión de Afganistán. Pero también en Egipto, Siria, Angola, Etiopía o Bosnia, que se sepa.



Arriba, creo que la plaza con mejores vistas del avión. El navegante disfruta de una claraboya enorme en el morro, para él solito. Y supongo que menos de su panel de instrumentos a la antigua. Abajo, en la cabina de pilotos hay asientos para 5 tripulantes, no están a la vista dos más laterales con los paneles de los ingenieros de vuelo. Además hay detrás un compartimento presurizado para otros 28 pasajeros. Y todavía más atrás empieza la bodega de carga.


También se ha usado en cometidos menos belicosos. Por ejemplo, en varias misiones humanitarias debidas a desastres varios. Y también para llevar componentes de sus sucesores Antonov 124 y 225. Aunque pensaron en hacer una versión de transporte de pasajeros, capaz de llevar 724 en dos pisos (¡!) nunca lo construyeron. Para comparar, los posteriores Boeing 747 y Airbus A 380, mucho más grandes y potentes, pueden llevar algo más de 500 y de 800 humanos respectivamente.


Vean las alas largas y finas, y la doble cola que permitía usar hangares más bajos. Aunque tenga un tamaño descomunal da la impresión de fineza y elegancia.

El avión sigue en activo. Incluso está disponible para operaciones de carga privadas, en las que sigue contando con muchas ventajas. Los militares rusos los fueron sustituyendo por los todavía más capaces y modernos Antonov An 124. Pero tienen todavía 6 Antonov 22 que pretenden seguir usando hasta más allá de 2030 (¡!). Impresiona, porque el último fabricado es de 1974. 

El diseño y los 3 prototipos se hicieron en Kiev (actual Ucrania), pero  los Antonov 22 de serie se construyeron en Uzbekistán (en mitad de Asia, ¿les suena Samarkanda? Pues por allí). Vean que la entrada está en el carenado del tren.

No hay comentarios:

Publicar un comentario