El Breese
Penguin se diseñó específicamente para NO volar. Lo cual llama la atención en un avión. Pero la lógica de 1917, la fecha de su primer "no vuelo", era que los
alumnos pilotos eran demasiado patosos como para romper constantemente valiosos
aviones de combate que costaba mucho reparar. O incluso matarse directamente, que ocurría más a
menudo de lo que parece.
Muñones de alas arriostradas y tren con patines antivuelco. Cradle of
Aviation Museum, Nueva York, USA, 2015.
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Así que en lugar de poner al novato en un caro y delicado SPAD
S XIII, los yanquis lo colocaban en esta cosa que parece un Blériot XI capao de alas. Como no
tenían ni superficie alar ni potencia para
volar, pero sí el miserable manejo
de los aviones de esa época, al aprendiz de piloto no le quedaba más
remedio que lidiar con los vientos cruzados, ausencia de frenos, par motor, y
demás lindezas, que hacían en la
práctica muy difícil dirigir el avión en tierra.
El motor de 2 cilindros boxer era un Lawrance A-3 de sólo 28 HP,
suficientes para no volar.
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La Breese Aircraft
Corporation de Farmingdale, Nueva York, recibió del ejército yanqui un encargo
de 250 (otros dicen 300) de estas máquinas. Que en la práctica no resultaron una idea muy
brillante. Pero empezaron a trabajar la idea de simular las condiciones reales mediante máquinas específicamente
diseñadas. Fíjense si la idea no era original, y si ha llegado lejos.
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