Hasta 1933 se había cruzado volando el Atlántico norte sólo 28 veces (¡de 78 intentos!), casi siempre aviones solos. Seguía siendo algo muy difícil, lejos de la rutina que es en la actualidad. Bien, pues en julio de ese año la Regia Aeronautica italiana mandó a América 25 aviones en formación (¡!), liderados por el general fascista Italo Balbo, la primera vez que se hacía. Sigue siendo el vuelo en grupo más grande y largo de la historia. Fue sencillamente la leche. Hoy en día seguimos llamando "un Balbo" a una formación masiva de aviones.
La Crociera Aera del Decennale fue, más que nada, una maniobra política y de propaganda para la Italia fascista. Pero también un vuelo de narices. Balbo se preparó concienzudamente: de 1928 a 1931 había organizado otros tres "cruceros" masivos: por el Mediterráneo occidental, oriental y por el Atlántico sur. Para 1933 montaron el vuelo a América por el norte, una operación a gran escala sin precedentes.
Sólo queda un S.55 original en Brasil. En Italia están construyendo una réplica. |
El avión elegido fue el Savoia Marchetti S.55, de 1924. Uno de los aviones más curiosos que se han hecho: un catamarán con un par de motores W18 Isotta Fraschini Asso 750 de 940 HP (similar en concepto pero todavía más complicado que un Napier Lion). Volaron de la Toscana a Amsterdam, Irlanda del Norte, Islandia, costa de Canadá, Montreal y finalmente Chicago donde llegaron al objetivo, la Expo de un siglo de progreso.
Tras un paseo en honor de multitudes hasta Nueva york, los italianos cruzaron de nuevo el Atlántico vía las Azores y Lisboa hasta Roma. Balbo se hizo inmensamente famoso. Tanto, que Mussolini más o menos se lo quitó de enmedio nombrándole gobernador de Libia. Este fascista raro, que se opuso a la legislación contra los judíos y que no tragaba a los nazis alemanes, prefiriendo la alianza con los británicos, finalmente murió nada más empezar la guerra en 1940 por fuego amigo. El Savoia Marchetti SM.79 en el que volaba fue derribado al aterrizar en Tobruk por la artillería antiaérea italiana, confundiéndolo con un nuevo ataque inglés. Ironías de la historia.
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