Este ¿avión? negro con aspecto un
poco siniestro es el primer North
American X-15, uno de los tres que se utilizaron de 1959 a 1968 para un programa
de investigación de la NASA sobre el vuelo a gran velocidad y altura. Lo que es famoso es que se
batieron (por mucho) récords de
velocidad (hasta 7.273 km/h - mach 6,7) y de altura (hasta 107,8 km). Lo
que es importante es que fue uno de los programas más notables y de más éxito,
obteniendo información que ha servido para proyectos
espaciales posteriores.
El X-15-1 en el vestíbulo del Museo del Aire y del Espacio de
Washington, USA, 2015.
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La concepción de este chisme se
debe a Walter Dornberger,
un oficial de artillería alemán que participó en ambas guerras mundiales y fue líder
del programa de cohetes V-2 nazi. Herr
Dornberger fue convenientemente llevado a USA tras la guerra, para trabajar
inicialmente en misiles y luego en varios programas espaciales, con ideas que
en definitiva llevaron al programa del
transbordador espacial.
La parte de abajo de la cola se dejaba caer en paracaídas momentos
antes de aterrizar para permitir la operación de los patines de aterrizaje. Se
ve el derecho.
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El X-15 iba colgado de un enorme
bombardero B-52 para lanzarlo a unos
13.000 metros de altura. Inicialmente volaba
como un avión y al final del vuelo aterrizaba
como un avión (más o menos: a unos muy
veloces 350 km/h y sobre patines de metal). Pero se entiende mejor como un cohete de combustible líquido, con unas
pequeñas alas y superficies de mando, capaz de llevar al ocupante a la frontera
con el espacio y comportarse como una nave
espacial.
El avión estaba hecho de titanio, con recubrimiento en aleación de
níquel resistente al calor. Las temperaturas podían llegar a más de 800º(¡!) en
el borde de ataque de la deriva.
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Esto era directamente la leche. Aparte de estar sentado en la
punta de dos enormes depósitos de líquidos propensos a explotar (anhidrido
amónico y oxígeno líquido) el vuelo era apabullante.
William H. Dana, un piloto de
pruebas de la NASA, cuenta en la introducción de un informe
de la NASA sobre el X-15 la experiencia
del vuelo en el avión. Impresiona.
Según Dana, el X-15 era un avión
de aceleraciones. La primera era
cuando se separaba del
B-52 y bajaba en caída libre (0G). Cuando encendía el motor cohete,
inicialmente eran 2G, pero a medida que subía y la atmósfera se enrarecía subía
a 4G continuos. Dolía. En el espacio
estabas flotando. Cuando entrabas de nuevo en la atmósfera, había una
deceleración que llegaba hasta 5G y luego se mantenía hasta unos 25 km de
altura. Luego de nuevo disminuía mientras pasabas de mach 5 hasta mach 1 llegando
a la pista, para finalmente aterrizar.
Maqueta del Boeing NB-52 B 52-0008 "Balls Eight" con el X-15-2 bajo el plano derecho, uno de los dos especialmente modificados para lanzarlos. |
Y todo esto en apenas 8 a 12 minutos desde soltarte a tocar
tierra. Me parece que en un chisme de estos no me gustaría volar.
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