martes, 20 de agosto de 2024

Helldiver

El bombardeo en picado debe ser aterrador. Para los que lo sufrieron, seguro. Y también para los que volaban en los aviones, especialmente cuando te disparaban con todo lo que tenían desde abajo, y no es una exageración. No se sabe muy bien cuando empezaron, probablemente en la Primera Guerra Mundial, pero lo que está claro es que se puso en marcha sistemáticamente entre las dos grandes guerras, se usó en la práctica en la primera parte de la Segunda, y para cuando estaba acabando ya no tenía sentido.

 

Los historiadores citan al Helldiver como una de las causas de la desaparición de la firma Curtiss. Otra fue el Commando, que también dio la tira de problemas. Este SB2C-5 de la última versión construida solucionaba bastantes problemas pero ya era tarde para participar en la guerra. Todas las fotos en el Museo  del Aire y del Espacio, Centro Udvar-Hazy, Washington, USA, 2015.

 

El bombardeo en picado parte de una idea fácil de entender. Lanzar una bomba desde un avión en vuelo horizontal (o aproximadamente horizontal) teóricamente tiene dos cosas a tener en cuenta: la resistencia del aire y la gravedad. La primera frena la bomba y la segunda la acelera. Según la altura y la velocidad inicial se puede predecir dónde caerá, en una compleja trayectoria más o menos parabólica. Pero... en la práctica no es fácil. Sin embargo, lanzar una bomba en picado (a 70º, 80º o incluso verticalmente) hace en la práctica que tú apuntas con el avión y la bomba da donde estás mirando. Más o menos. 

 

Como otros bombarderos en picado, el Helldiver tenía unos enormes frenos aerodinámicos perforados que se abrían hacia arriba y hacia abajo en el borde de fuga, por dentro de los alerones. Esto estabilizaba el picado y permitía mayor precisión.

 

Esto naturalmente es muy ventajoso. De hecho, los defensores de la idea (fundamentalmente las marinas yanqui y japonesa, y la Luftwaffe nazi, menos los británicos, y también hubo otros) se dieron cuenta de la ventaja que esto suponía: podías utilizar aviones y bombas relativamente más pequeños para colocar donde te convenía: un barco o un submarino moviéndose, un puñao de soldados enemigos (incluso muy cerca de los tuyos), una fábrica, o lo que fuera. Los aviones más conocidos son probablemente el Stuka nazi, el Aichi D3 de la marina imperial japonesa y el Douglas SBD Dauntless yanqui. Lo de SBD era por Scout Bomber (reconocimiento y bombardeo), fabricado por Douglas.

 

Los cazas navales no tenían la superioridad total. El Helldiver permitía llevar "otro par de ojos" y su alcance era mayor que un caza naval, ambas ventajas a tener en cuenta.

 

Resulta curioso que el avión de bombardero en picado más fabricado (más de 7.000) es menos conocido y en general tiene una fama lamentable: el Curtiss SB2C Helldiver (Scout Bomber 2, fabricado por Curtiss). En realidad, Curtiss ya había hecho previamente dos Helldiver ("picar hasta el infierno", por la espectacular y arriesgada maniobra de lanzarse directos al suelo). Las tripulaciones lo conocían como "la bestia" (the beast) o "hijo de puta de segunda clase" (por las siglas: son of a bitch, second class).

 

Una de las características más visibles del avión era la enorme deriva y timón de dirección (suficiente para "dirigir un acorazado"). Esto fue un intento para conseguir algo de estabilidad longitudinal, en un avión que estaba limitado en longitud para caber en los ascensores de los portaviones (¡!).

 

La marina yanqui lanzó un concurso para reemplazar sus bombarderos en picado más antiguos, entre ellos el SBD Dauntless, a la entonces muy respetada firma Curtiss. El prototipo SB2C voló en 1940. Y resultó ser una castaña. Volaba fatal, tenía poca potencia, era inestable y tuvo fallos estructurales catastróficos. Se hizo un gran esfuerzo para arreglar los problemas, pero la fama del avión nunca fue buena. De hecho costaba que los escuadrones de combate volaran el avión, que preferían el teóricamente más anticuado y lento SBD Dauntless. Muchas tripulaciones se mataron y sólamente las últimas versiones fueron más o menos efectivas.

 

Quizás la mayor ironía es que para 1943 el bombardeo en picado ya no era necesarioDos avances lo hicieron inútil: los cohetes explosivos inicialmente no guiados y su uso por los aviones de caza de primera línea. Un cohete explosivo no guiado tenía una trayectoria casi recta y se podía lanzar en ligero picado, con razonable precisión si el piloto tenía experiencia. Sobre todo, eran devastadores: las cargas huecas de explosivo plástico destrozaban el blanco como el impacto de un cañón de gran calibre, pero sin su peso, complicación y coste. 

 

Y lo mejor era que se podían instalar con facilidad en aviones de caza: mucho más rápidos, maniobrables y en definitiva capaces que los bombarderos en picado. La marina yanqui equipó con cohetes a sus Grumman Hellcat y Vought CorsairContribuyeron decisivamente a la victoria sobre el Imperio Japonés. Pero de manera más influyente a largo plazo, empezaba una nueva era en la que progresivamente se irían creando bombas y misiles guiados, que cambiarían por completo eso de machacar al enemigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario