Este simpático
cacharro es el segundo avión de Hans Grade, que voló en 1909 y fue el primero en volar en Alemania de una manera presentable. El mismo Grade había "volado" (poco más de
un salto) con un triplano de su invención el año anterior. Con el Libelle, Grade
se llevó el premio Lanz del aire de 40.000 marcos (una pasta) por ser capaz de
volar un ocho horizontal.
El Libelle original tiene una hélice muy tosca hecha con chapa de
acero. Deutsches Museum, Munich, Alemania, 2016.
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En realidad, es un Demoiselle de Santos Dumont modificado,
aunque eso sí, tenía un motor de cuatro cilindros en V y 2 tiempos, hecho por
Grade. Es más, se llama igual: Demoiselle significa libélula. Está igualmente
hecho de bambú, madera y tela. No tiene alerones, sino un mecanismo de torsión
alar.
El piloto va sentado en un simple asiento de tela bajo las alas. Los
planos de cola son más estilizados que los del Demoiselle.
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Con el premio, Grade pudo montar
su propia fábrica de aviones, que se
convirtieron en los primeros entrenadores usados en Alemania inmediatamente antes de la Gran Guerra. Al parecer,
por 12.000 marcos de ná te daban el avión y te enseñaban a volar, y eso era lo
más barato de su época...
Una réplica
del Libelle colgada en el hangar histórico del Deutsches Museum - Flugwerft
Schleissheim, Alemania, 2016. Al parecer ha volado y puede hacerlo, aunque no
está registrado.
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Igual que el Demoiselle, el
Libelle es sencillo, pequeño y lento: pesa 125 kilos sin piloto y volaba a unos
60 km/h. Todavían quedaban décadas para acuñar el concepto, pero era como un ultraligero sencillo de tubo y tela.
La réplica tiene una hélice moderna y lo que parece un motor de Moto
Guzzi de 2 cilindros en V.
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