Ya les he contado que un ingeniero americano llamado Ted Smith inició a finales de la Segunda Guerra mundial una carrera que le llevaría a crear, entre otros, dos aviones influyentes en la aviación corporativa o "de negocios". Hoy nos vamos a centrar en el que creo que lo fue más, el primero, que ahora se conoce como Twin Commander y que es en realidad una familia muy variada, numerosa y longeva de bimotores de entre 5 y 11 plazas.
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Un Twin Commander 500A haciendo acrobacia. Oshkosh, USA, 2019. |
En muchos sitios dicen que el equipo de Smith se inspiró en el Douglas Boston/Havoc, un avión de bombardeo y ataque ligero en el que habían trabajado previamente, que se fabricó por miles en la Segunda Guerra Mundial. Pienso que aparte de la configuración general poco tiene que ver un bombardero con dos grandes motores radiales de 1.600 HP con el Twin Commander.
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D-ILUX es un Twin Commander 680F, con dos motores de gasolina de 380 HP. "En el aire" en el museo de Espira, Alemania, 2019. |
Más bien pienso que Smith y su equipo tuvieron mucha vista y fueron capaces de anticiparse a la posguerra y el enorme desarrollo económico que se produjo en los USA. Hubo dos elementos clave. El primero fue un diseño con buena capacidad y prestaciones. Ellos pensaron inicialmente en que fuera un pequeño transporte de pasajeros, pero terminarían por ser utilizados sobre todo como aviones de negocios. Que es una manera de decir aviones para gente con mucha pasta que va a los sitios en su propio avión, en lugar de coger uno de aerolínea, que es una ordinariez.
El segundo, que utilizaron los entonces relativamente nuevos motores “flat six” ("seis planos") de 6 cilindros horizontales opuestos, desarrollos recientes de los “flat four”, en lugar de los hasta entonces más comunes radiales. Estos motores iban a permitir un desarrollo sin precedentes de la aviación general por la buena potencia, ligereza, consumo y tamaño muy compacto.
El Twin Commander tuvo una larga producción, de 1951 a 1986. Se hicieron algo menos de 3.000 aviones, algo que impresiona para un avión de este tipo. Y se fabricaron por 4 compañías distintas (¡!). La original era Aero Design and Engineering Company, que en 1950 se convirtió en Aero Commander. La empresa Rockwell International compró Aero Commander en 1965 (y Smith se fue). Rockwell por último vendió la línea de fabricación a Gulfstream Aerospace en 1981. Cuando decidió centrarse exclusivamente en los jets ejecutivos finalizó la producción del avión en 1986. En la actualidad queda una compañía llamada Twin Commander que da soporte al todavía numeroso parque de aviones activo, aunque no fabrica nuevos.
En esos 36 años se hicieron la tira de versiones de Twin Commander. Simplificando, son de la serie 500 y de la serie 600 (hay algunas excepciones). El número quiere decir la potencia total en algunas versiones. En otras no. Hasta medidados de los años 60 llevaron motores de gasolina de 6 cilindros Lycoming (modelos O-435, O-470, O-480, O-540) de entre 260 y 380 HP. Muchos llevaban reductoras, lo que aumentaba la complejidad y los problemas. Las versiones alargadas finales pasaron a llevar motores turbohélice Garrett TPE-331 de entre 575 y 820 HP. Por situarse, estos últimos podían volar a casi 600 km/h y llevar hasta 11 personas. Una buena parte de todos ellos sigue volando y se siguen ofertando en el mercado de segunda mano.
Dejo para el final la historia creo que más interesante. Un señor yanqui llamado Bob Hoover, que fue piloto en la Segunda Guerra Mundial, fue derribado en su Spitfire, capturado, e internado en un campo de concentración. Del que se fugó en un Focke-Wulf 190 (¡!) que robó a punta de pistola (¡!) y voló a las líneas aliadas (¡!). Sobrevivió a la guerra para tener una larguísima carrera aeronáutica. Durante décadas fue piloto de demostración haciendo acrobacia en un Twin Commander 500S con matrícula N500RA.
Tengan en cuenta que el avión NO es acrobático. Hoover empezaba la demostración haciendo rizos, toneles y pasadas con los dos motores en marcha. Luego lo mismo con un solo motor (y encima "el malo", el que hacía más difícil el manejo del avión). Y finalmente cortaba el motor que quedaba, picaba, y daba una pasada, hacía tonel de 8 puntos lento, luego un rizo, y finalmente tomaba primero con una rueda, luego con la otra, para llegar con la energía sobrante hasta el aparcamiento. Y salía impecable con traje y corbata como si tal cosa.
Por si no les ha impresionado, hizo famoso un numerito singular: dejaba un vaso de té frío encima del panel de instrumentos y luego hacía un tonel volado sin que el líquido ni se cayera del vaso ni se moviera un poquito. Esto es porque mantenía una "g" en toda la maniobra. O todavía más: echaba té desde una jarra en el vaso mientras hacía un tonel. No es broma, miren cómo lo hace. El horizonte va dando una vuelta mientras el chorro de té llena el vaso como si estuviera en su salón (¡!).
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